Lo dejo, estoy muy preocupado
Mi familia y algunos buenos amigos me lo vienen diciendo, aunque no les prestaba mucha atención. Estamos en 2021, en un país democrático no es posible que pueda suceder eso que decís.
Ayer el señorito de Podemos portavoz de este partido en el Congreso de los Diputados alentaba a manifestarse en la calle por encarcelar a un delincuente convicto y confeso.
Ya hemos visto por televisión cómo esos manifestantes han atacado a las fuerzas del orden, han destrozado mobiliario urbano, han dañado propiedades privadas y han asaltado comercios. No son manifestantes, son fascistas, son delincuentes, son ladrones, a los que le importa un carajo si se llevan a la cárcel al tipo que está encantado con que los terroristas asesinen personas.
Ayer, en el Congreso, el líder de Podemos abogaba por controlar a la prensa. No se sabe si quiere ser el censor mayor del reino o el inquisidor de lanza en ristre. Resulta como incongruente en grado máximo que ese partido aliente a los manifestantes por la libertad de expresión y luego su líder pretenda atar en corto a la prensa libre. La prensa de cámara no, es la que promulga su verdad. Y hay que decirle a este caballerete que a la prensa la controla la ley. Y la premian o castigan sus lectores, oyentes o espectadores.
Si lo que aconteció ayer en Barcelona, Madrid y algunas ciudades más hubiese sucedido en tiempos de Rajoy qué estaría diciendo la oposición: dimisión del delegado del Gobierno, del ministro del Interior y del presidente del Gobierno. Ni ayer ni hoy el Presidente ha dicho nada, punto en boca, no sea que se ofenda mi sostén y me quede con las tetas al aire.
Cualquier día el señorito de marras o algunos de sus fieles servidores publican en las redes mi dirección o mi fotografía y luego uno de esos fascistas embriagados me apalea por la calle.
Lo dicho, estoy muy preocupado, tengo temores, tal vez miedo. Lo dejo, dejaré de escribir sobre política hasta que se recupere la cordura o la democracia. Seguiré escribiendo, pero de otras cosas. Es muy triste, pero es así.
Al final va tener razón el jodido, nuestra democracia no es plena, mientras tipos como ellos nos gobiernen. El culpable final de que se llegue a esta situación tiene un nombre, con o sin Tezanos, se llama Pedro Sánchez Castejón. “No vale todo para gobernar”.
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