El puño abierto hace menos daño
El cambio de ley que permitirá a un “pirómano” prender fuego sin que tenga repercusión legal (la cárcel la olvidamos, queda para Bárcenas y Rato) ya está dando los resultados previstos y yo casi diría que buscados. En Cataluña, donde ese señor “enfermo” buscó refugio, ya obtuvo resultados: Lérida, Vic, Gerona y Barcelona cumplieron con el objetivo. Puños cerrados, las ciudades destrozadas, policías heridos y dos detenidos, en libertad antes de llegar a Comisaría. Nadie del espectro político de la izquierda dijo una sola palabra que signifique censura, salvo tímidamente algún ministro avergonzado y últimamente el Presidente, a su manera, mientras el portavoz de medio Gobierno Sr. Echenique anima el cotarro.
Sin embargo, un grupo de nostálgicos, con bandera de España, brazo en alto y mano tendida, cantan una bonita canción y les llueven críticas e insultos y posiblemente si lo hicieran dentro de un mes significaría cárcel. Esto es el mundo al revés.
Lo del puño cerrado significa agresión, tanto en deporte, véase “boxeo”, como popularmente vimos días pasados entre dos policías “motivados” y un civil.
Al contrario, la mano tendida es lo que utilizan las madres para acariciar a sus hijos y casi universalmente para saludar a amigos.
No pretendo que todos estemos orgullosos de que Franco iniciara el desmantelamiento de la nefasta y criminal república del Frente Popular, pero sí disgustados porque fuera necesario. Si no es por ello, nos habría ocurrido lo mismo que a la Alemania del Este, ironía, república democrática, pero durante más tiempo aún, pues no teníamos los mismos vecinos.
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