¿Yankees go home?
No es lo mismo estar en la oposición, donde las tonterías, los errores y la demagogia tienen el campo abonado y no hacen tanto daño, que estar en el Gobierno; para gobernar lo principal es la responsabilidad, porque tus decisiones afectan directamente al país y a las personas. Para tratar los asuntos hay que estar bien informado, porque si no lo estás puedes salir a la palestra apoyando a los “antifascistas” y a Hasél y luego enterarte de que el pollo te pone a parir y es un peón de la CUP, dejándote como un pardillo. El asunto que vamos a tratar es muchísimo más importante que el de la “libertad de expresión” que exigían los que saqueaban comercios y atacaban a los medios de comunicación que no les gustaban: El comandante adjunto del mando para África, AFRICOM (estos tienen mandos, bases y flotas en todas partes) de EE UU, Kirk Smith, ha visitado España para tratar con las autoridades españolas el asunto del despliegue de fuerzas norteamericanos para controlar África, en concreto el Norte de África, el Magreb. Como todo el mundo sabe, los EE UU tienen en España dos importantes bases militares, la de Rota y la de Morón (llamadas eufemísticamente bases españolas de utilización conjunta) y disfrutan también de facilidades en otras cuando tienen conflictos imperiales, como la de Torrejón de Ardoz o la de Zaragoza. Conviene recordar que las bases militares norteamericanas en España se remontan al acuerdo entre el régimen franquista y el presidente Eisenhower: EE UU se comprometía a salvaguardar la dictadura franquista a cambio de esas bases. Como por encanto, desde entonces toda la derecha española, incluida la derecha fascista, que había sido antiamericana desde la Guerra de Cuba y había luchado contra los aliados en la Segunda Guerra Mundial, se hizo proyankee, y en esto siguen. Pero, no son los únicos. Sin recordar las cosas maravillosas que hizo Felipe González, pasándose por la entrepierna al Consejo de Seguridad de la ONU, mucho más recientemente el presidente Zapatero, que no se había levantado ante la bandera de los EE UU en el desfile de las FF AA, autorizó el despliegue en la Base de Rota (Cádiz) de cuatro destructores americanos con el sistema AEGIS, componentes esenciales de la Iniciativa de Defensa Estratégica, en concreto del sistema antimisiles norteamericano, y 1.500 soldados más, pasándose también por el arco del triunfo las condiciones del referéndum OTAN. Zapatero también autorizó el despliegue en la Base de Morón (Sevilla) de un potente cañón láser americano, también componente de la IDE. Posteriormente, el Gobierno de Rajoy autorizó el despliegue de más tropas americanas y más aeronaves en la Base de Morón. El entonces ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, hizo ingentes esfuerzos para que así fuera bajo la coartada de la seguridad de España. La verdad es que el asunto de las bases extranjeras no tiene mucho que ver con las ideologías, porque en Francia, por ejemplo, el general De Gaulle, que era muy de derechas, envió a los americanos a casa, tiene, o debería tener que ver con la seguridad nacional. Hasta los de Sagunto, hace muchos siglos, sabían eso. Por eso la gente bien informada que, después de las amenazas marroquíes, teme que esa base se pueda instalar en Marruecos, prefiere que se instale en España. En este sentido, aunque lo que ha dicho es que crearía puestos de trabajo, el presidente del PP, Pablo Casado, ya está abogando porque el Gobierno autorice el despliegue de más fuerzas americanas en España, en concreto del AFRICOM. Pero, surgen inevitablemente dos preguntas: ¿Se comprometen, por escrito, los EE UU a defender a España, incluidas las Islas Canarias y las ciudades españolas de Ceuta y Melilla si nuestro país es atacado por Marruecos (la OTAN no lo contempla)? ¿Nos fiamos de los compromisos y las promesas, aunque sean por escrito, de los EE UU cuando lo que está en juego es la seguridad nacional? ¿Estamos dispuestos, si la respuesta es no, a aumentar el Presupuesto de Defensa del 0,9% al 3% para tener una fuerza nacional de disuasión creíble, como Francia? Demagogia con este asunto, por favor, ninguna. El presidente Biden parece que va a dar un giro al asunto del Sahara y al compromiso con Europa, cuyo enemigo, a ver si nos enteramos, no es Rusia. Veremos.
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