Urbiés: desahucio y derribo
En el centro geográfico de Urbiés, se levantan dos edificios: la que fuera la casa de las monjas, actualmente propiedad de Hunosa, y anexo a este, el colegio público propiedad del Ayuntamiento de Mieres.
El que antaño fuera el colegio y refectorio de las monjas, fue cedido por la empresa minera a la Asociación de Vecinos, y en los años en que ésta hizo uso del edificio, se le hizo el mantenimiento necesario para que siguiera en condiciones. En el mismo se ofrecieron múltiples servicios a los vecinos: desde un bar, hasta una peluquería, pasando por la biblioteca, un cine, y por supuesto las reuniones que las sucesivas directivas iban convocando.
Hace unos días, los vecinos del pueblo recibimos como un jarro de agua fría, la noticia de que Hunosa exige la inmediata entrega de las llaves del edificio. Sabíamos que al igual que otros inmuebles, propiedad de la empresa pública, se habían puesto a la venta, pero según la información que obra en nuestro poder, el edificio sigue a la venta y no hay actualmente ningún comprador. Realmente sienta mal, o peor incluso, que una empresa pública que obtuvo de esta parroquia la mano de obra necesaria para la extracción de mineral, con el coste en vidas que llevamos en nuestro haber, dice mucho de lo que las administraciones públicas significan para nosotros. Entes abstractos, insensibles, que parasitaron tierras de pastos, cultivos, que acabaron con fuentes y manantiales, que hoy en día siguen sin asumir la deuda pendiente con este territorio, con las personas que sudaron sangre, acabaron mutiladas, o en el peor de los casos perdieron la vida.
Nos parece perfecto que dispongan de los edificios de su propiedad, pero desalojar de esta forma, con un apremio de por medio, cuando el hipotético comprador sigue sin aparecer, me parece cuando menos, despreciable.
Siguiendo con el mismo proceder, el edificio anexo (el antiguo colegio), que formó parte de la vida de todos los vecinos, propiedad del Ayuntamiento, no le depara un futuro mejor, ya que a pesar de que hace años ya denunciáramos el pésimo estado del inmueble, las soluciones que la Administración local ofrece para el mismo pasan por el derribo. No se piensen que el derribo es la solución más económica, ni mucho menos, pero como no hay voluntad alguna de invertir dinero en la población rural, es la solución más rápida, muerto el perro se acabó la rabia, al menos eso dicen.
A poco que te importe un poco el pueblo y los vecinos, comprenderás que el local sería ideal para que la Asociación dispusiera de una sede social sin tener que depender de cesiones, al mismo tiempo, podría albergar el museo, sí, ¿no lo sabían?, tenemos un museo, pequeño, lleno de artilugios, herramientas, documentos, que nuestro vecino Cundi, fue consiguiendo poco a poco, restaurando y exponiéndolos en una vieja vivienda que él mismo acondicionó, y que hoy en día es motivo de orgullo para todos. Que quede claro, nunca recibió una ayuda por parte de ninguna asociación o Administración, y desde hace un tiempo nos informó que el actual emplazamiento se le iba quedando pequeño, y que las escuelas podrían ser el destino ideal del actual museo, sin embargo, seguimos viendo como el único plan que la administración contempla para el viejo colegio, es la demolición.
Nosotros no estamos exentos de impuestos, tasas, vados, etcétera, pagamos igual que cualquier vecino de la calle Manuel Llaneza, pero no recibimos ni las migas, mucho cuento con la necesidad de apoyar a los núcleos rurales, mucho apoyo de babilla cuando toca meter el sobre en la urna, pero cuando llega la hora de asumir promesas, compromisos y palabras, la deuda se queda viuda.
Nos gustaría que las administraciones dejaran de funcionar como frontones, en donde rebotan nuestras peticiones-necesidades, pero visto el éxito que tenemos estamos pensándonos en trasladar nuestra idea a la dirección nacional del Partido Popular, y alguno se preguntará el motivo, y es que allá por el 2015, un tal M. Rajoy tenía bloqueada una partida de 250 millones correspondientes a los fondos mineros, y unas migajas tenían como destino nuestro pueblo. Pues bien, aprovechando la coyuntura, y visto que van a abandonar la actual sede para trasladarse a otra, vamos a hacer un trato, véngase para Urbiés, señor Casado, y pónganos en condiciones el colegio. Que el día de mañana ven que la cosa sigue igual, siempre tienen tiempo de irse, pero al menos inviertan ese dinero “oscuro” (que seguro queda algún altillo) aquí, que de dinero no sabremos mucho, pero de oscuridad y negro carbón tenemos hasta “másteres”. Venga, señor Casado, anímese ¿será por “perres”?, piénselo, una buena acción, una inversión sin ánimo de lucro, yo creo que mejor lavado de cara no hay mudanza que lo iguale.
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