Elección de jueces para el Consejo
La “pelea” que mantienen el PSOE y el PP por el nombramiento de los jueces que conformarán el nuevo Consejo General del Poder Judicial es, a mi juicio, la confirmación de que el sistema judicial español está enfermo y no siempre sus decisiones son producto de la aplicación justa de las leyes, aunque, si así fuera, tenemos el deber y la obligación de respetarlas. Si yo estuviera equivocado, no se lucharía por la elección de los jueces que supuestamente son afines a la ideología del grupo que los propone.
Yo, ajeno totalmente al mundo del derecho, propongo ingenuamente que para su elección se utilice el mismo método que se utiliza para el generalato, ya que, para ser juez, solo se necesita la licenciatura en derecho y aprobar unas oposiciones. De cada convocatoria, ocuparía el primer puesto el número uno de la misma y continuará escalando en función de sus éxitos en el ejercicio de su responsabilidad. Llegará en cabeza un reducido número como ocurre con los coroneles, y así será más sencilla y más justa la elección para el Consejo.
Pero no cabe duda, esta “pelea” y el comportamiento de algún juez nos indican que la justicia está dañada.
Un ejemplo próximo lo tenemos con el exjuez Garzón, que para más inri es pareja de la fiscal general del Estado, esa exministra amiga de un conocido delincuente, con el que en amena conversación se refería al ministro del Interior, no como señor Marlasca, sino como “el maricón”.
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