La década prodigiosa
Para una gran mayoría de personas llegar a la ansiada edad de jubilación es sacudirse el yugo de la esclavitud laboral y empezar a disfrutar de la vida, y sin embargo para una minoría, entre la que destacaría a Cristina López del Hierro, a mi querida prima Cristina, los 70 años son el mejor aliciente para continuar trabajando en su adorada profesión como directora de teatro, e iniciar nuevos proyectos y poder así aprovechar la experiencia acumulada durante diez años al frente de su compañía de teatro “Concejo de Llanes” (Asturias).
Para Cristina la vida empieza cada día, siempre ha pensado que la mejor edad es la que se tiene y solo entiende el ocio como una fuente de inspiración creativa, de permanente evolución y de desarrolla personal. Ahora está trabajando en la puesta en marcha de una obra teatral inspirada en la Generación del 27 y simultáneamente en la apertura de El Sitio de Cristina, un espacio de moda y de encuentro en su nuevo lugar de residencia, en la Granja de San Ildefonso, que con el paso del tiempo se acabará convirtiendo en un lugar de culto y de visita obligada para quienes vivan o visiten el Real Sitio.
Hablo aquí de Cristina porque creo que su ejemplo puede ser un estímulo en una etapa que puede ser maravillosa si se quiere aprovechar, y porque pienso que, a cualquier edad, si se quiere, se pueden hacer realidad muchos de nuestros sueños.
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