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Una historia de fiebre reumática

28 de Febrero del 2021 - José Julián Rodríguez Reguero

El diagnóstico en un joven inmigrante de origen africano de una lesión de la válvula mitral secundaria a un proceso previo de fiebre reumática alborotó todos los recuerdos. Hace años que los antibióticos han conseguido la erradicación, en nuestro país, de la anteriormente frecuente enfermedad. El germen causal, que primero anidaba en las anginas o en la piel, llegaba por la sangre a la válvula mitral del corazón e iniciaba un proceso inflamatorio que años más tarde afectaría gravemente al funcionalismo valvular. Fueron tiempos de extirpación de amígdalas a los niños para evitar sus repetidas inflamaciones y de la realización de los primeros casos de reparación valvular con cirugía extracorpórea para mitigar los estragos de la lesión cardiaca.

En los inicios de los años ochenta del siglo pasado estas lesiones valvulares ocupaban un lugar muy alto entre las patologías que llegaban a los recién creados servicios de cardiología hospitalarios. Había que diagnosticarla con pocos medios: la historia clínica, el fonendoscopio, un electrocardiograma y una radiografía eran todo el arsenal diagnóstico hasta la llegada del ecocardiograma.

Una y otra vez estábamos obligados a reconocer con el fonendo una patología con características auscultatorias distintivas. Teníamos el oído muy bien educado para ello.

En 1981 las circunstancias me obligaron a alejarme de Noreña, nada menos que un mes, para buscar información complementaria sobre cardiología. Tenía que salir al extranjero y llegué a Burdeos, donde me esperaba otro núcleo familiar para arroparme. Por supuesto, no hablaba francés ni inglés.

Todo para mí era nuevo. Pasé del golpe de Estado del 23F al primer Gobierno socialista de Mitterrand sin solución de continuidad. El orden y la jerarquización en el hospital eran también llamativos. Sin embargo, lo que me sorprendió durante los primeros días es que cuando mis compañeros, amablemente, me querían enseñar un caso difícil, me pedían el diagnóstico de una auscultación o una radiografía de una estenosis mitral.

SUMARIO: Los recuerdos de una estancia médica en Burdeos

DESTACADO: Han sido suficientes dos generaciones para invertir la situación: no solo se ha erradicado la fiebre reumática y acabado con sus secuelas, también se ha introducido la tecnología más avanzada para el tratamiento de otras muchas patologías

Con el paso de los días y la insistencia caí en la cuenta de que allí la fiebre reumática había sido erradicada muchos años antes que en España, por lo que la lesión mitral secundaria no formaba parte del listado de enfermedades frecuentes que trataban.

El siguiente paso fue descubrir la emigración obligada. Cuando en la hoja de la historia clínica que estaba todavía al pie de la cama leía Carmen sabía que el profesor se iba a parar con ella para que la auscultara. No hacía falta, solo los españoles que habían salido de España después de la guerra llevaban el estigma de la fiebre. Ni que decir tiene que eran las únicas personas con las que después podía hablar.

Afortunadamente han sido suficientes dos generaciones para invertir la situación. No solo se ha erradicado la fiebre reumática y acabado con sus secuelas, también se ha introducido la tecnología más avanzada para el tratamiento de otras muchas patologías.

Además, el perfil de la emigración ha cambiado radicalmente. Los emigrantes en busca de supervivencia son ahora reemplazados por jóvenes con talento y una formación excelente que buscan empleos adecuados a su capacitación por todo el mundo.

Ese mismo año, el Madrid había perdido en París su asalto a la séptima después de quince años de ostracismo.

Para elevar mi ánimo, mi familia insistió en que conociera al Girondins. ¡Vaya suerte! Allí conocí a jugadores como Tigana, Giresse, Lacombe o a un libre increíble llamado Tresor. Todos estaban convencidos de que el fútbol europeo pasaría en el futuro por Francia.

Al mirar atrás cuesta reconocer algo que en estos cuarenta años haya permanecido estable en todos los órdenes de la sociedad. Seguro que en la mayoría de los aspectos se ha mejorado significativamente. Lo único sólido que nos queda de esa época es el dominio en Europa del Madrid, de la mano de un jugador del Girondins.

Aunque también esto parece estar amenazado, salvo que lo mantenga Mbapé.

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