Predicciones monarqueológicas
Quizá peque de incrédulo, de dudar de lo evidente, pero no de hipócrita, de decir otra cosa que no sea lo que pienso; en todo caso, de reservado, de callar si el hablar provocara incordio. En este caso sería de incrédulo por el próximo regreso del Rey emérito. Siempre pensé que el día en que abandonaba apresurado España en medio de unas circunstancias tan adversas, su marcha era un pacto velado que perdonaba despropósitos y exigía otras, como no regresar en mucho tiempo, en un pacto en el que el presidente concedía privilegios que no le correspondía conceder a quien no merecía recibirlos a cambio de su tranquilidad política, de la de la Corona y, sobre todo, de la de su país. Sigo creyendo lo mismo y que el día 13 o aledaños será un día más del Rey emérito en el extranjero, aunque bien es verdad que si los sabios se equivocan qué haremos los de a pie, aparte de disculpar humanamente los errores humanos si llegado el día 13 falláramos en nuestras previsiones mundanas y surcara don Juan Carlos los mares gallegos, disfrutara de sus deliciosos manjares y se trasladara posteriormente a Madrid a desmentir incrédulos.
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