Movimiento feminista 8M (No toca)
Estamos ante el 8M, fecha señalada como Día Internacional de la Mujer; en efecto, en sus inicios, según país o historia (1857, 1875, 1909, 1911, 1914, 1917 o 1975), eran huelgas, protestas, incluso con decenas de mujeres muertas por pedir igual salario, para pasar en la actualidad a una fiesta reivindicativa por todos los derechos que les asisten a las mujeres. Por tiempos que eran, en efecto, la mujer estaba dispuesta a luchar contra un machismo imperante en todas las sociedades e instituciones, pero creo que poco a poco fueron consiguiendo hasta cotas de poder nunca antes ni pensadas. Vean en la UE y España tienen el poder económico absoluto: dirigen FMI, BCE, UE, el país más potente, Alemania, en España tres vicepresidencias, varios ministerios, entre ellos: Economía, Hacienda, Trabajo, Defensa, Exteriores... Luego otros donde se reparten partidas importantes ante los fondos europeos: Transición Ecológica, Sanidad... También en la UE son responsables del área de sanidad que es decisiva en cuanto a la solución de esta pandemia que, con sus coletazos, repercute en todo el sistema laboral y económico. Quiere decirse que ustedes no pueden seguir celebrando esa fecha como si los hombres estuviesen todavía arrinconándolas, no es cierto, ahora todas pueden estudiar, prepararse en las mismas universidades, optar (como vemos llegaron otras) a las más altas cotas de poder y de decisión. Claro, las que vemos manifestándose son las ineptas, las arribistas, las innecesarias, las que todavía quieren más y más, a ver si ellas, que no están capacitadas, pueden llegar a base de cuotas, cremalleras o paridades a donde por su capacidad jamás podrían llegar.
Nadie criminaliza a ningún movimiento, “ustedes se lo guisan, ustedes se lo comen”, las he escuchado con todo detenimiento, dicen que nadie se puso en contacto con ustedes. ¿Quién debiera hacerlo? Un grupeto de jovencitas que no han dado un palo al agua en su vida no puede ir por la vida pensando que pueden arreglar la vida de nadie.
Dicen: “Salir a la calle no es negociable”. ¿Cómo que no es negociable? No ven que se mueren cientos de personas todos los días, estamos en pandemia, ya el año pasado la pifiaron, algún día sabremos en cuanto de más repercutió aquellas manifestaciones donde muchas cabecillas y ministras salieron contagiadas besuqueándose entre todas. De todos esos que se mueren, la mitad al menos son mujeres, claro está, mujeres mayores, esas que no entran en los cánones de las feministas, para ellas las ancianas no son mujeres maltratadas por todos, abandonadas a su suerte, solas, sin salud, sin medios, sin memoria y, como mucho, en residencias “tal que cementerios vivientes”. Esas residencias que debieran gestionar ustedes, el vicepresidente es el responsable máximo de ellas, en ellas se murieron como moscas ancianas y ancianos. Pues siguen dejándolo en puro negocio con la vejez. ¿Quién responde por ello?
Sí, lo sé, no está de moda dar la contraria, ahora incluso le ponen el papel delante a cualquier profesional y firma como libertad de expresión el hacer amenazas de muerte, enaltecer el terrorismo, la injurias... pero luego el piropo es delito por las mismas. ¿Quién es el medio o profesional que se niega a colocar la publicidad de este movimiento feministas? Nadie, es más, los que contraponemos argumentos somos censurados sin problema. Vivimos tiempos de arribismo sin límite, se lleva la misandria sin problema, se dice sin pudor que la sociedad es machista entera; cuando hay una muerte o agresión de algún energúmeno a su pareja, se titula “violencia de género”, cuando quien comete el crimen es él, solo él, no los demás hombres. Quien no está con ellas será catalogado de machista, misógino o, peor, violento y agresor.
En los días que nos están tocando pasar, no toca otra cosa que salvar vidas; permitir manifestaciones es un riesgo para seguir contagiándose y matando. ¿Pero no ven a los sanitarios? Llevan un año tremendo, desbordados, y ustedes queriendo celebrar fiestas (no toca, para el año que viene). Si no tienen otra cosa que hacer más que mirar debajo del coche, pueden subirse a él, coger el volante y proyectar su propio destino, su vida, pero dejen de convertirse eternamente en víctimas y rebuscar entre el otro sexo (masculino) al culpable de todos sus males.
Dicen también “que no vengan unos paisanos a decir lo que deben hacer”, como si ser paisano fuera contrapuesto a nada. Esos paisanos, precisamente, fueron los que les dejaron un mundo mejor a las mujeres y a todos. A ver qué dejan a sus hijos e hijas ustedes. Me temo que será peor. Solo buscan confrontación, dividir la sociedad entre buenas y malos, y así no podemos seguir.
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