La amenaza de no producir riqueza
Tenemos múltiples amenazas: la ola pandémica que vendrá, el fin de la procreación, jóvenes proclives a la frustración, el fiasco europeo de la vacunación, la deuda. ¿Cuál será la realidad futura? No sé, pero sin productividad no hay solución. ¿Qué pasaría si el euro da estertores o se acaba el turismo? Algunos siguen sin darse cuenta que el buen futuro se basa en unidad, esfuerzo, y cooperación para conseguir la producción necesaria y la independencia. Si los asturianos somos y hemos sido grandes trabajadores industriales desde los “cilúrnigos” hasta ahora: ¿dónde está el capital generado para invertir en Asturias ahora, dándole independencia económica y suficiencia?
Asturias, plagada de posibilidades, necesita que la lideren. Y no me refiero a los políticos (necesarios si se presentan los adecuados y son elegidos), me refiero a empresarios emprendedores, sindicatos responsables, y ciudadanos motivados: todos ellos dispuestos a confiar en su capacidad productiva. El buen futuro solo será posible con investigación, conocimiento, y la transmisión permanente de ese conocimiento aguas abajo cambiando y renovando habilidades, y estableciendo innovaciones en las ocupaciones que sean más adecuadas para la evolución a un buen futuro y, con ello, a la producción de riqueza para Asturias. ¿Cómo hacerlo?
El Estado es importante como ha demostrado China. Pero en China no hay libertad. Por tanto, hemos de conseguir lo mismo desde la libertad. ¿Qué necesitamos? El pleno empleo para todos, donde todos pudiésemos cooperar con un sector industrial basado en el desarrollo de medios de producción automatizados y lo suficientemente robotizados como para permitir su rentabilidad. ¿Qué nos falta? Nos faltan energías renovables obtenidas con sistemas propios fabricados por nosotros mismos. Unos sistemas capaces de darnos la electricidad que necesitamos y el hidrógeno que precisamos. Electricidad e hidrógeno son el alimento de ese conjunto de fabricaciones con robots e IA, a las que se ha llamado “la Máquina”. Con ella hemos de producir, pagar deudas, y comprar lo que se llegue a necesitar. ¿Y qué nos alimentará a nosotros? Pues el medio rural y su industria alimentaria que proveería de alimentos mediante su comercio y su exportación de excedentes producidos en el propio valle con su valor añadido in situ. ¿Podríamos hacerlo? Creo que sí, si: “El que pueda hacerlo, lo hace; y el que no pueda, lo enseñe” (dijo Confucio).
No se puede repartir riqueza si no se genera primero. El pleno empleo es fundamental para ambas cosas.
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