El ángel de Ángela
Cuando se anunció, hace unos meses, que Ángela Molina iba a recibir el “Goya” de Honor de la Academia del Cine, supimos que el Honor iba a ser para los “Goya”, por premiar a una de las mejores actrices españolas de todos los tiempos, a un auténtico ángel, porque Ángela tiene ese ángel que solo tienen algunas personas, ese ángel que, con sus alas, te transporta, te ilumina, te apasiona, te alegra, te entristece, pero que siempre te conmueve, como nos conmovió al recibir el “Goya” de Honor en la gala del cine español.
El ángel de Ángela iluminó todas las pantallas de una gala que se llenó con su naturalidad, con su frescura, con su verdad, con su mirada y con su respiración, porque respiramos con ella, porque pudimos sentir sus latidos y escuchar con emoción sus palabras de agradecimiento. Un agradecimiento que debe ser a la inversa, porque Ángela nos ha dado tanto que no habría palabras para agradecerle lo mucho que nos ha dado, lo mucho que la queremos, porque ella, Ángela, ha sido, es y será siempre el ángel del cine, un ángel que se ha quedado para siempre en nuestros corazones.
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