Excesivo

8 de Marzo del 2021 - Marino Iglesias Pidal (Gijón)

Pues eso me parece a mí, que todo es excesivo.

Me ha dado por pensarlo ahora, hace unos minutitos, mientras escuchaba en el móvil el resultado de haberle pedido, se me fueron las palabras exactas, algo así como “hermosas melodías de música instrumental”. Tuve que dejar de escuchar, para salir del lío que me causaba, al mismo tiempo pensar. ¡Pero bueno! ¿Quién autorizó mis pensamientos? Yo no, desde luego.

Lo que me trae a la cabeza unos versitos que escribí... ¡anda! Con el tiempo que hace y puedo dar la fecha, con un margen de error de tan solo unos días. Conservo el diploma... Vamos a ver... Ajá, 8 de diciembre de 1984. Unos días antes escribía, entre otros, “vigilia agotadora, sumida en vano empeño, pues nada más lejano, que ser mi propio dueño”.

Grato recuerdo, pues valieron para, con los gastos pagados, con mi mujer, comer sabrosa trucha en una mesa con vistas al río donde se pescaba, si mirábamos hacia abajo, si hacia arriba... coño, no recuerdo si lo veíamos o lo imaginábamos, como quiera que fuera, el pico donde, al día siguiente, nos encontraríamos, tomando un chocolate caliente, para aliviar el mareo que, a mi mujer, le produjo la subida en el teleférico más alto del mundo.

El día de la trucha, de postre, nata rebosando la copa de fresas de ¡Mucurubá! Casi na. La imagen del día siguiente que se me viene es la de ambos a orillas de un lago cuyas aguas se perdían en la lejanía, al igual que, miráramos donde miráramos, se situaba el horizonte, sin ningún accidente geográfico que lo acercara... Qué fácil de imaginar en aquel momento, mi mujer y yo, rebosantes de sueños, juventud y salud, solos en el mundo... Qué maravilla. Buf...

¡Pero! Hoy hemos despertado, viejos, achacosos y con sueños nada hermosos. Y, en este preciso instante, me estoy diciendo, coño, es que todo resulta excesivo. Si el todo es malo, pues de cajón, aunque sea en su mínima expresión, excesivo. Si es bueno, un espejismo de lo mismo. Buena la música que escuchaba, pero, evidentemente, me faltará tiempo para escuchar toda la buena Bufo música creada. Al igual que me faltará tiempo para disfrutar de todo lo que me resulta placentero.

No tengo ninguna duda de que la vida del ser humano, del ser humano porque piensa, es un completo desatino.

A ver, por ejemplo, considerando el tiempo que puedo dedicar a este menester, ¿cuántas composiciones musicales podría yo escuchar en mi vida? ¿30, 40.000? Bueno, pues eso, ¿para qué tantos millones más? Pues para joderme más la existencia pensando en las tantísimas que me iré sin escuchar.

Y como eso, todo lo demás. Oye, ya que no se puede hacer un hombre a medida de las creaciones de su especie, debieran hacerse creaciones a medida del hombre.

De esta forma, sería menor la arrechera por tener que marchar con tanto por disfrutar.

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