Show business monclovita
Llevo meses oyendo las trompetas del Apocalipsis, pero ni escucho la trompeta del arcángel Gabriel ni llego a ver a los 4 jinetes, Guerra, Hambre, Peste y Muerte (si acaso, a dos). El día del Juicio Final puede esperar, a pesar del Gobierno. O eso creía.
Esperaba los datos de empleo correspondientes al mes de febrero, interiorizando que algún representante gubernamental diría que habría, como mucho, uno o dos parados más, pero nos hemos encontrado con los datos tenebrosos de febrero: más de 4 millones en paro ¿Y cuántos en ERTE? ¿Y cuántos sin paro ni ERTE? ¿Y cuántas familias a las puertas del infierno? Noticia de máximo interés para la ciudadanía y nula, casi nula, repercusión en los medios.
Como viene ocurriendo habitualmente, las noticias se solapan cada hora, y a un crimen de ayer le ponemos una boda de hoy, y mañana ya nadie habla del crimen de ayer, y poco de la boda de hoy.
Como muestra, esta misma noticia del número de parados, anulada por otra al día siguiente, y de las que ya nadie habla cuatro días después.
Afortunadamente LA NUEVA ESPAÑA nos brinda en esta sección la oportunidad de reactualizar lo que fue noticia y que los medios de comunicación, a veces por motivos inconfesables, han hecho desaparecer de sus páginas o pantallas.
Por eso quiero reponer aquí el show de gran impacto visual que tuvo lugar en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro (Madrid), emitido por todas las cadenas de televisión y periódicos del país, donde una apisonadora destruyó más de 1.300 armas intervenidas en las últimas décadas a la banda terrorista ETA.
Espectáculo refrito de otro show business, esta vez de la folclórica María Jiménez, cuando, hace 17 años, apareció ante los medios con una apisonadora, destruyendo cientos de discos en plena calle. En el caso protesta de la artista contra la piratería, se permitió la licencia de bajarse del motorizado y participar activamente, zapateando con mucho arte sobre las copias, cosa que, naturalmente, no hizo nuestro presidente sobre las armas.
Al acto, frio y gris, de Valdemoro no asistieron los expresidentes de Gobierno que sí lucharon contra ETA, invitados a tal fin, ni los líderes de la oposición, ni sus coaligados en el Gobierno.
Tampoco hubo himno, ni banderas; tan solo estuvo él, autoerigido en protagonista, con un chaquetón tres cuartos modelo “Peaky Blinders”, y una breve alocución resumida en estas palabras: “Se levanta acta de la derrota de las balas frente a los votos”.
Presentes: los herederos de los muertos y los herederos de los asesinos.
Ausentes: civiles inocentes, 206 guardias, 149 policías, un gendarme, 13 ertzainas, un mosso, 24 policías municipales y diez jueces y magistrados. DEP.
Saludos cordiales.
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