Un adiós desde el Monte Naranco
Hoy hace una semana mi padre nos dejó. No por ser esperadas las cosas son menos dolorosas. Nos dejó tristes pero aliviados a la vez porque no nos gustaba verle enfermo. Preferimos recordarle tal y como era y con ese recuerdo nos vamos a quedar para siempre, no se merece otra cosa.
Quiero desde aqui agradecer al personal de la primera planta del Hospital Monte Naranco (a Inés, a Lara, a Luis y tantos otros cuyo nombre no tuve tiempo de aprender), el excelente trato recibido, tanto por mi padre como paciente, como por nosotros como familia. Han sido un ejemplo de profesionalidad, de sensibilidad, de dulzura, de cariño y sobre todo de humanidad por su parte.
Estas cualidades son muy de agradecer en los malos momentos y siempre estaban alli para ofrecernoslas, mañana y tarde, dia y noche. Sois un ejemplo a seguir por toda la sanidad pública, esa que tantas veces criticamos, pero de la que solo pueden salir buenas palabras en este caso.
Gracias a vosotros por estos dias en la habitacion 106 y todas las gracias del mundo a mi padre por estos 41 maravillosos años de mi vida a su lado que me ha regalado, han sido para mi un orgullo. Nunca me permitiré olvidarlos.
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