Vota Ayuso
Cualquiera que lea las declaraciones de Isabel Ayuso cuando dice que quiere gobernar en solitario (es decir con mayoría absoluta) se pensará que esta ganó las elecciones celebradas el año pasado, y que por un raquítico margen tuvo que pactar con otras fuerzas en contra de su voluntad, pero la cruda realidad (ya sé, difícil de asimilar por los afines), nos releva que el ganador en las urnas fue el PSOE, y que la señorita Ayuso perdió 18 escaños respecto a las elecciones de 2015, y que para poder gobernar, no es que necesitara el apoyo de una formación, si no que fue necesario el de las otras dos “derechas”.
Cuando se erige en número 1 del Partido Popular madrileño, a la encargada de gestionar el perfil del perro de Aguirre en Twitter, so pretexto de que se trataba de una experta en comunicación política y redes sociales, me imagino que no sabían lo que se avecinaba, sobre todo cuando tenemos los arrestos de proclamar en público y en voz alta, que “no todos somos iguales ante la ley” defendiendo al emérito huido.
Tuvo un inicio prometedor (santo y seña del partido en Madrid), y sin tiempo de acomodarse en el sillón de la Presidencia, ya saltaron escándalos por tratos de favor, alzamiento de bienes, e impagos de impuestos, a los que respondió rauda y veloz... bueno no tanto, solo empleó un par de meses para dar explicaciones, y cuando lo hizo mintió sobre su relación con Avalmadrid y presentó datos falsos sobre el impago del IBI, pero obviamente sus socios de gobierno ni se inmutaron.
Durante el confinamiento se escudó en la ineficiencia e incompetencias del mando único, sumando a declaraciones absurdas, decisiones polémicas y escándalos diarios. La cota máxima del ridículo fue la portada del posado de viuda negra, mientras dejaba desatendidas las residencias de ancianos, en donde fallecían a diario personas sin atención alguna, pero ella seguía disfrutando de su estancia en un aparthotel de lujo de Kike Sarasola. En un principio gratis, posteriormente por tan solo 80/día, y finalmente con una adjudicación de más de 565.000 al buen empresario, pero bueno esto último fue un error, el código de buenas prácticas (made in P.P.) ¿funcionó? y lo demás si eso tal...
En la fratricida guerra en la que se embarcó durante el confinamiento, desescalada y por supuesto plena actualidad, acabó cosechando la dimisión de la directora General de Salud Pública, a la que siguieron las responsables de atención primaria, Marta Sánchez-Celaya, y la de Hospitales, Bárbara Fernández.
Las imágenes del cierre del Ifema, avergonzaron a propios y extraños, en medio del cataclismo desencadenado por la pandemia, esa celebración y algarabía, como si hubiera algo que celebrar, la llevaron a pedir disculpas públicamente junto al Alcalde, pero ya llovía sobre mojado.
La adjudicación de 51 millones para la construcción de un ¿hospital?, con un coste final de 97 millones, sin personal propio, ya que el mismo estaría compuesto por el que se restaría de los demás hospitales de la comunidad, bajo orden de traslado forzoso, es una muestra más de su eficiente gestión. Un hospital que abrió sin laboratorio, radiólogo, y por supuesto sin quirófanos, pregunto: ¿se puede llamar hospital? ¿Considera alguien justificado ese despilfarro cuando hay graves carencias en los hospitales ya en funcionamiento?... opinen ustedes.
Actualmente es de público conocimiento que todas las comunidades autónomas de España mantendrán el cierre perimetral de cara a la Semana Santa, todas excepto Madrid ¿se darán cuenta los madrileños de la incapacidad de la expresidenta, que hasta el cierre perimetral se lo tenemos que montar el resto de comunidades?
Pues eso, si hay votaciones, vota Ayuso...
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