El engendro empeñado en hacer pesimista al diablo
Pues resulta que el diablo, me da a mí por pensar, también ve televisión. Y, claro, entre sus canales preferidos está el de su creatura, sino la más representativa, una de las que mejor representan sus “valores”.
A tal extremo ha llegado la depravación del susodicho que nos ha mostrado cuán fundado estaba el pensamiento de Karl Kraus, eminente escritor que, hace un siglo, ya puso en duda el optimismo del diablo con su frase: “El diablo es optimista si cree que puede hacer peores a los hombres”.
En esta meditación me he metido yo cuando, esta mañana, he abierto en internet un diario deportivo que, visto lo visto, no se priva de comentar noticias de otros ámbitos, y veo los ponzoñosos dardos que el aberrado presentador de la tele lanza sobre Isabel Díaz Ayuso, según él, “una señora cuya principal virtud es no tener ninguna”.
Lo primero que he pensado: natural, si la miasma tuviera sentimientos, lo que más odiaría sería el olor de la rosa.
Y lo segundo: Coño, Kraus, estoy contigo, mijito, mayor basura que este “presentador basura”, depositario, recogiente y emisor de la peor simiente, difícilmente. Y, a fin de cuentas, qué van a opinar el vicio y la maldad sobre la virtud. Qué le dice la sartén al cazo.
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