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A este militar le quieren quitar la calle

11 de Septiembre del 2010 - Fermín Alonso Sabada (Oviedo)

El teniente coronel Teijeiro, viendo la situación en que se encontraba la ciudad de Oviedo, el día 15 de octubre de 1936 toma El Escamplero, posición clave para intentar la liberación de la ciudad, que resiste increíblemente, y en donde, el ya general Aranda, había dicho: Sólo nos queda morir como españoles.

El día 16 se inicia un peligrosísimo avance sobre la capital del Principado, y toma las alturas del Naranco, refuerza la fijación del enemigo en la zona de San Claudio, con lo que asegura los flancos del previsto avance sobre Oviedo.

Con fuerte resistencia ocupa los poblados de Gállegos, Loriana, Villamar y Loma de Pando, entrando en combate en las primeras casas del barrio de La Argañosa, donde el enemigo se defiende con gran valor.

Hacia las seis y media de la tarde del día 17, ya anochecido, la vanguardia de las tropas del teniente coronel Teijeiro toma contacto con los defensores de Oviedo, en la zona conocida como Puente de la Argañosa, Oviedo había sido liberado.

La noticia ha llegado a las calles de Oviedo y grupos de personas que han salido de los sótanos y están presenciando la entrada de las tropas liberadoras. Las saludan y las abrazan. Han salvado la vida de más de cuarenta mil ovetenses, que, de haber entrado «los rojos», hubieran sido asesinadas por el sólo hecho de haberlo defendido contra el mismo Ejército que, en la Revolución cruenta socialista de Octubre de 1934, luchó contra la República y el Gobierno legal y democráticamente constituido.

Cuantos miles de ovetenses de hoy no hubieran nacido, pues a sus padres o abuelos los hubieran asesinado por el solo hecho de amar a Dios, Oviedo y España, y trabajar por ellos.

En la mañana del día 23 de noviembre de 1936, cuando paseaba por la calle Uría, una bomba de la aviación roja hirió de muerte al valiente soldado.

España le concedió la medalla militar individual y el ascenso a coronel, por méritos de guerra, y Oviedo, años después, muy agradecido, un monumento y el nombre de una calle de la ciudad.

¿Y a este hombre, héroe por donde lo mires, quieren quitarle el monumento y el nombre de una calle?

Los ovetenses de honor jamás lo perdonaremos.

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