Soy de Oviedo
El corazón más antiguo de Oviedo, Ovetao, Ovetum, Vetusta, Lancia, Pilares, Lluvia, Ablanedo, Carbayonia se halla en la Cámara Santa, sancta sanctórum de los símbolos ovetenses y del reino sacro asturiano. Oviedo, la bien novelada en “Jugadores de Billar” de José Avello. “Tigre Juan”. Oviedo-Oviedo es San Tirso y la Catedral, el Fontán, la plaza del Ayuntamiento y la vieja muralla. Oviedo tiene fama de ser un pelín conservadora, refinada y elegante. Oviedo es mucho “Oviedín”. Provinciana cosmopolita, irónica asturiana y de variadas procedencias nacionales e internacionales. Una ciudad culta y literaria, un lugar que fue casino de Álvaro Mesía y desgracia bovariana para Ana Ozores, “Nosotros, los Rivero”, Real Automóvil Club y Tenis, Logos, Casa Conrado y Cafetería Oxford, Peñalba, Rialto. En los prolegómenos de la Transición se enucléo cierta vida cultural, ya un pelín disidente, en torno al club cultural, La Alianza Francesa, Tribuna Ciudadana, del cosmopolita profesor Juan Benito Argüelles y Lola Lucio, supuso un gran revulsivo prestigioso para el mundo cultural ovetense y asturiano, democratizando el acceso a temas de primer nivel.
Oviedo, la ciudad de la Catedral de una sola torre, melómana selecta en vaqueros y universitaria de impronta renovadora, con su “Grupo de Oviedo” y su Extensión Universitaria, hoy tiene el honor de tener Universidad de “excelencia internacional”. El Oviedo de mansardas, casonas señoriales y ensanche burgués, excelente comercio surtido y buen vestir es realidad identitaria, pero Oviedo también es concejo asturiano, que canta en una copla: “Fexo Dios n’el cielu un furaquín pequeño pa ver Uviéu”. Uviéu o Uvieo también existe y vale, con sus pueblinos de Las Caldas, Caces, Bendones, Villamiana, Trubia, Olloniego, San Claudio, Perlín, Siones, Faro, Pintoria, Santa Marina de Piedramuelle. Gran Campo San Francisco, Día de América en Asturias, indianos de “haigas”. Oviedo de sidra, Escorialín y gaiteros. Los de mi generación de Espinete y "Mecano", “Verano azul” y amplia movida democrática conocieron las discotecas Aristos y Cocker, la música disco de La Real y Vánitas. Oviedo de Ojanguren y exitosa Librería Cervantes. Oviedo es cultura y convivencia, hay numerosos “Oviedos” y todos están en este mundo: el Oviedo “vetusto” también es participación y más de 30 barrios, muchos de ellos con reciente inmigración. Es centros de salud y centros sociales, S. Fernández Campo, tertulias y Escandalera, Martínez Torner. Las monjas de San Pelayo. Cronistas Manuel Avello, Carmen Ruiz-Tilve, Carlos Fernández Llaneza, los rectores Fermín Canella y Teodoro Cuesta. Paulino Vicente y Toño Velasco. Personajes pintorescos de Taxi, Salsipuedes, Chaquetón, Chanel, del insti y la facultad, de Diario Roma y pub El Paraguas. El Oviedo de Mafalda, Ángeles Caso, Emilio Alarcos, el gran escritor memorialista Marino Gómez Santos, nuestra Reina y periodista doña Letizia. Del preilustrado Feijoo, que ideó su “Teatro Crítico Universal” en el Monasterio de San Vicente. Recuerdo a Don Luciano, con sombrero de teja y manteo, cura centenario. A carismáticos alcaldes, menú del “Desarme”. Un Oviedo devastado por la Revolución del 34 y la Guerra Civil. Un Oviedo de Pérez de Ayala y Sara Suárez Solís. De cementerio civil con inmolados en fosa común. El Oviedo creador de Jaime Herrero y Tino Casal, Emilio Sagi. Con fundaciones de gran prestigio, Campoamor y Filarmónica, AMSO, gastronomía y hórreos, apertura al mundo para premiar la excelencia y el humanismo. Folclores y óperas, Diego Verdú. Con reconocimiento social de competentes profesionales, asesorías, consultas y despachos, paisanos típicos y filántropos.
Gentes que viven en Uría, La Corredoria, Monte Cerrao, La Florida, Tenderina, Tudela Veguín o el Naranco. ”Soy de Oviedo”, dijeron Jaime Herrero y Alberto Polledo. Ángel González, Gamoneda, Conchita Quirós. “Orgullo, valor y garra oviedista”. Fernando Alonso, Melendi, universitarios y emprendedores por el planeta. Existieron los cine Roxy, Palladium, Aramo, Real Cinema, Brooklyn y Clarín. Una ciudad en la que faltan personas especiales, a las que nada de la pomada ovetense les era ajeno. Oviedo de fotos de la factoría de armas, del paseo de los Álamos y la Gesta. Tambor y gaita, provinciana universal y genial, que lee LA NUEVA ESPAÑA y ye socia de La Balesquida y el Centro Asturiano. Una ciudad de caldinos, esculturas, fuentes y verdes jardines.
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