Agradecimiento a un maquinista de Renfe
Con frecuencia solemos utilizar esta posibilidad que nos permite a los lectores LA NUEVA ESPAÑA –al menos yo– para quejarnos o hacer público nuestro rechazo a tal o cual cosa. En este caso, quiero expresar mi agradecimiento y felicitación por su comportamiento a un maquinista de Renfe Cercanías de Asturias.
El pasado jueves 15 de abril, encontrándome en el andén de la estación de Oviedo para tomar el tren hacia Gijón, fui testigo de algo que me pareció digno de tomar como ejemplo de buen hacer y solidaridad con los demás. Cuando ya se veía llegar el tren, una pareja de personas muy mayores intentaba entrar al andén para tomar dicho tren; la señora acertó sin problemas a que la barrera automática que da acceso al andén se abriera al primer intento, pero el señor –supongo, su esposo– intentaba una y otra vez y la barrera no se abría. Entre tanto, el tren llegó al punto de parada, y ahí es cuando vi algo que no me esperaba: el maquinista del tren al ver la situación en la que se encontraban los dos mayores, se bajó del tren y él no sé cómo lo hizo, pero abrió la barrera y el señor en cuestión pudo tomar el tren junto a su pareja. Posiblemente a más de uno y con la mentalidad pasota de hoy en día le parecerá un hecho sin importancia, pero yo, que estoy chapado a la antigua y que ya tengo también muchos años, me pareció un gesto digno de mención y agradecimiento. ¡Disculpen mis rarezas!
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