Tanto multas, tanto vales
El ministro del Interior, acaba de manifestar que la obligación de la Guardia Civil es poner multas. También dijo en su día: "España no se merece un gobierno que mienta". Y claro que no, señor Rubalcaba. Pero tampoco un gobierno que con solapada dialéctica induzca a incrementar la recaudación por sanciones, pidiendo en ascaradamente exceso de celo a los encargados del orden. Puede que se olvide, don Alfredo, que estos funcionarios están para cumplir las leyes y para hacer que se cumplan, pero su función básica es la prevención. En el orden de prioridades, la sanción debe mostrarse en segundo lugar.
Mientras tanto, por su parte la Asociación Unificada de Guardias Civiles afirma que el ministro del Interior (por no personalizar directamente en el señor Pérez Rubalcaba, como máximo responsable), premiará a los agentes del orden que más denuncias impongan. El nuevo sistema de evaluación de multas por puntos es, en opinión de este colectivo, de verdadero escándalo. Sirva como muestra el siguiente ejemplo: a los agentes de Tráfico, la ayuda en carretera a un automovilista le concede un punto; multarle, cuatro. ¿Es esto correcto y adecuado? No es ningún secreto que actualmente la Benemérita está metida en una huelga de "bolis caídos", como la denominan sus representantes sindicales.
Por fortuna, los miembros del Instituto Armado se han desmarcado del titular de Interior, porque lo único que parece querer es recolectar más y sin ninguna demora (recordemos la reciente reducción de la cuantía de las multas si se cumplen unas condiciones "sui generis"), incentivando descaradamente a los agentes para que ello sea posible; pero muy honesta y cívicamente la mencionada agrupación, ha denunciado en prensa tal situación. Fenomenalmente bien hecho, señores agentes. La sociedad española tiene derecho a saberlo todo.
No es extraño pues que el hombre de la calle se pregunte, ¿qué les está pasando a algunos iluminados señores que dicen gobernarnos? ¿Han perdido definitivamente el norte? Ya que sin mucho pudor se alienta a los guardiaciviles para que pasen de largo ante un ciudadano-contribuyente al que se le ha parado el coche en la carretera y así activar cuanto antes el radar, y empezar desde ya a producir caja, que hay que hacer frente a los gastos protocolarios y a muchísimos otros de autoridad patria.
Ciertamente, se ha liado tanto la cosa pública en nuestro país, que ya nadie se sorprende de casi nada, y la ciudadanía termina aceptando como normales algunas situaciones que en modo alguno lo son. La Guardia Civil está para entre otros cometidos, ayudar a quienes les pagan. Y si estos incurren en infracción, lógicamente, tiene que multarles, pero hasta el más torpe de nuestros políticos debiera de saber que la evaluación más racional debe ser a la inversa: socorrer a un conductor en apuros, 4 puntos; y, en ningún caso conceder puntuación por ponr una multa. Y si de esta forma la recaudación se ve disminuida, pues restrínjanse ciertos privilegios a la clase política, que en España existe en demasía.
Por citar un caso, y por simple curiosidad, don Alfredo, las contravenciones por exceso de velocidad del señor Fernández Vara, presidente autonómico extremeño, y otros de parecido rango, que igualmente han saltado a la prensa, ¿tienen distinta bonificación de puntos para el agente sancionador?
Está claro, señor ministro, que si para que un funcionario cumpla con su sagrado deber ha de ser estimulado, o incluso premiado, algo está fallando en el sistema. El afán recaudatorio de cuanto más mejor, a costa de lo que sea, parece estar fuera de toda duda.
Provoca, asimismo, cierta turbación que el Ministerio del Interior precise de las infracciones de los transgresores de la ley para subsistir.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

