La cocina de los recuerdos
El universo cocinero formó parte indisoluble de su vida con los sabios consejos de madre y abuela. Una trayectoria inicial en la doméstica materna y después en la casa de comidas Ortea en Tudela Veguín, local afamado por sus potajes y productos de la tierra bien tratados entre fogones. Y Chefi Bebes Casal, prima del artista fallecido Tino Casal, tras el cierre de ese centenario bar popular optó con el apoyo de su marido, Ángel Rodríguez Ortea, llevar a Oviedo sus especialidades coquinarias. Ya son cuatro años de andadura en una pequeña taberna en la céntrica calle capitalina del Peso. La Ayalga es su nombre, ese tesoro en lengua vernácula que oferta productos sencillos muy bien elaborados donde los platos de cuchara alcanzan un nivel destacado, los guisos sosegados suponen alegría al paladar y las frituras en aceite de oliva virgen y extra virgen Útica de Marmolejo adornan sabores que recuerdan otros tiempos de artesanía en la cocina. Aquí en este rincón donde se guisa de comer se trabaja la calidad bien entendida con propuestas de la despensa asturiana elaboradas con las manos sabias de Chefi, una guisandera que solo busca que el género a tratar alcance la excelencia. Es su filosofía en este terreno complejo de la gastronomía con recetas de siempre y manteniendo ese equilibrio sápido para satisfacción de sus exigentes clientes. La carta es breve pero suficiente para que los comensales disfruten de un recetario marcado por la tradición y la realidad del trabajo bien hecho. Poco más se puede mentar de un establecimiento recoleto y con buen servicio, que en tiempos de pandemia es mucho. Ángel Rodríguez Ortea siempre pensó que Oviedo era una buena plaza para asentarse y dejar impronta de la historia culinaria de sus ancestros en Tudela Veguín, y de verdad que lo ha conseguido. Atento y amable, se encarga de la intendencia y el servicio de mesas orientando al respetable sobre las diversas referencias vinateras, donde brillan los riojas, riberas o godellos. Cocina de casa fundada en los valores de la tradición y las recetas de la abuela Concha, que a fin de cuentas es de lo que se trata en materia de cocina sencilla. Y que la capital del Principado cuente con una taberna singular donde Manolo el hermano de Chefi controla la barra y te da plática social y deportiva pues es de agradecer. La ensaladilla rusa, el cabritu con patatinos estilo de Laviana y las cebollas rellenas de bonito, junto a los postres artesanos, es lo más granado de esta casa familiar abierta a los que gusten de los placeres naturales. Y en este reducto de afabilidad comer bien y a precios ajustados es lo esencial y con un trasfondo de terapia salutífera.
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