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La mili que yo viví

9 de Agosto del 2010 - Fernando Comas (Cangas de Onis)

Con cierto retraso llego al serial Arquitectura personal /Guillermo Rendueles/Psiquiatra/ y 2

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=110548

De allá extraigo citas que llaman a mi desconcierto

Al acabar la carrera (Acabó la carrera en 1970establece la pregunta) empecé la mili en la Marina, en El Ferrol. Intenté aprovechar las relaciones de mi padre para un enchufe, incluso con Torcuato Fernández-Miranda, pero valían más los informes de Claudio Ramos. Cuando llegué al Ferrol me llamó expresamente el vicealmirante me hicieron vestirme de gala para verlo- para decirme que si las cosas fueran como debían, me ahorcarían y me advirtió de que tendría una mala estancia.

No acabé la carrera. En 1968 me fue denegada la prorroga imprescindible para seguir las milicias universitarias. Me vi obligado a incorporarme en la Marina (3º/68).

El período de instrucción transcurre también en El Ferrol (2 años antes). En momentos muy críticos en la historia del país Por esos días ETA asesina a Melitón Manzanas, con gran celebración, por los vascos que compartían remplazo, en la cantina del Cuartel de Instrucción del Arsenal. Todo el mundo alarmó por lo que pudiera venir. No pasó nada.

A pesar de mi expediente político nadie, en esos tres meses, me llamó al orden. Menos con uniforme de gala (nunca, en 21 meses en la Marina, supe existiera tal guisa)

Al igualintenté aprovechar las relaciones familiares con el, en ese momento Ministro de Marina, Almirante Pedro Nieto Antunez para un destino en Madrid. Me fue negado y fui destinado (por castigo) al lugar más distante de mi residencia en Asturias que resultó Cartagena. Y allá destinado a oficinas en el Arsenal.

Dice Guillermo Rendueles:

Si, pero allí nadie dormía. Era el imperio del terror. El rapado, las duchas colectivas, el uniforme: la institución total. Salí con una visión del pueblo demoledora porque mis compañeros eran tan malos como los sargentos. Sálvese quién pueda. Los carpetas, los que teníamos expedientes policial, no podíamos hacer guardias ni en oficinas

Puedo declarar y declaro que dormía todas las noches. Nunca me raparon. Lo de las duchas colectivas (¿)bueno serían, así sería si así os pareció (ese tufola gente no duchaba mucho). El uniforme era algo que usábamos en horas de cuartel hasta que, en las tardes, salíamos a pasear vestidos de civil cambiándonos en una pensión cercana.

Los carpetas (?) (no recuerdo, para nada, esa denominación pero), por el hecho de tener antecedentes políticos no podíamos tener lugar en barcos de la Armada (sería una deshonra para ella) viéndonos relegados a destinos en tierra, allá compartíamos con analfabetas, homosexuales y personas con antecedentes penales. Nosotros, los políticos (carpetas?) éramos los únicos capacitados para ocupar posiciones en oficinas y allá terminamos todos los expedientados de las universidades españolas. Y guardiastambién hacíamos aunque nosotros mismos (en las oficinas) las manipulábamos a nuestro antojo.

En mi caso concreto fui sorprendido escapando (desertando?) a una guardia. Al regresar a horas nocturnas no pasó nada.

Me advirtieron, al llegar a Cartagena, de mis antecedentes y que obviara todo tipo de actividad política en el cuartel porque, en caso contrario se verían obligados a... Esto no me lo explicaron en detalle.

Si quiero añadir que, por venir de la Facultad de Filosofía, el Vicealmirante Aceytuno, segundo de a bordo en el Arsenal, con hijo estudiante de bachiller suspendido en Filosofía de sexto me llamó para solicitar diera clases particulares a su hijo que me pagó (si, me pagó) a precio, casi de mercado.

Esta es mi historia. No quiero jugar a ser Pio Moa pero tampoco a tragar cualquier peli.

De la mili salí con una sensación de estéril tiempo perdidoy un rechazo a lo militar que llevaba al entrar.

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