Arboricidio en La Fresneda
La Real Academia de la Lengua define arboricidio como la tala injustificada de árboles. De eso vamos a hablar. En la mañana de ayer, día 3 de mayo, un grupo de operarios del Ayuntamiento de Siero, con celeridad y eficacia, talaron un hermoso ejemplar de magnolio en la parte de los jardines, de la calle Los Nogales, a la altura del número 122. Estaba pleno de salud vegetal, con una hermosa copa y con los brotes brillantes que ya le proporcionaba la primavera, pero no les importó. Pero aún hay más, tal magnolio estaba plantado, al menos, cinco años antes de la construcción de las casas, como pudimos comprobar cualquiera de los vecinos primitivos, como es nuestro caso, cuando veníamos a conocer el solar de lo que terminaría siendo nuestro hogar desde hace treinta años. La constructora, en la edificación, evitó destruirlo en las excavaciones y los rellenos, dejándolo en el límite de mi parcela, por el exterior, como un estupendo ornamento vegetal más, de los tantos y tantos que procuró mantener para disfrute de los vecinos.
Pero hoy todo cambió, la inmensa mayoría de los que pasan junto a sus restos, que lo conocían bien, no se explican la razón del corte. Ni ninguno de los próximos, salvo excepciones, entienden a quién podía molestar, salvo el hecho de que diese una sombra no deseada, cosa que venía haciendo desde que tuvo el porte suficiente para hacerlo, como es lógico, alrededor de más de treinta años. Enfermedad, ninguna; ramas rotas, cero; riesgo de derrumbe, imposible, por lo que somos incapaces de entender la acción municipal, con la que no estamos de acuerdo, ni en el modo ni en las razones.
Por cierto, y por mostrar argumentos más serios para talas, a unos diez metros, frente a nuestros jardines, a la orilla del arroyo Forcón, hace tiempo que un chopo, semiseco en la zona alta, amenaza con partirse con el primer viento fuerte y caer sobre nuestras parcelas. Se les señaló a los leñadores municipales, que respondieron que eso no era una urgencia ni se podía cortar ahora. Y, por seguir señalando verdaderas medidas precisas, a otros tantos metros, atravesando el cauce, hace mucho tiempo que están árboles caídos, secos, que, además de su descomposición, obstaculizan el paso del agua, especialmente cuando vienen crecidas, pero tampoco se consideran urgentes sus extracciones, es más importante talar un magnolio lleno de vida. Si a ello añadimos la total falta de limpieza del cauce del arroyo, pleno de sedimentos, y principalmente en la zona que nos corresponde a lo largo de unos doscientos metros, paralelos a nuestra calle, podemos reafirmar, con multitud de razones a mostrar, que no podemos estar satisfechos, ni mucho menos, más bien indignados, con el resultado del arboricidio y la gestión municipal.
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