Carta a la Sra. alcaldesa de Gijón: laicidad y fiestas gijonesas
Sra. alcaldesa, aunque me han pasado una comunicación masiva para protestar contra su pretensión de olvidar la historia festiva del querido Gijón, donde pasé muy buenos momentos en los mejores años de mi juventud, que por cierto firmé, prefiero hacerle llegar mi personal desacuerdo con su propósito. Es tan descabellada su pretensión que apagaría las luces de una ciudad festiva por naturaleza y festiva con base cristiana, como la de todos los los pueblos de España.
No sé qué le ha podido pasar a usted, pero, con el mayor respeto, le recomiendo que se lo haga mirar. Enterrar la tradición de una ciudad es algo de "locos" y por eso me preocupa su pretensión. Estoy seguro de que los gijoneses bienintencionados, que son mayoría, independientemente del partido al que voten, no van a estar con usted en una decisión que me recuerda cosas tan terribles como la quema del museo de arte sacro de la Catedral o el derribo de su torre probando un cañón desde Trubia (de lo que mi padre, que luchó en la República, y estuvo presente, estaba escandalizado), tiene una base de odio y falta de respeto a la ciudadanía que no piensa como usted.
Mire, si yo fuera alcalde no prohibiría las fiestas más o menos tradicionales paganas: Halloween, el entierro de la Sardina, Carnavales, etcétera, que a mí no me van, pero respeto a los otros que las celebran.
Sin más, y deseando reconsidere su pretensión, atentamente le saluda, deseándole lo mejor
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