Se nos anuncian recortes, veremos para quién
A medida que se van conociendo capítulos del informe que el Gobierno español envió a Bruselas exponiendo su programa de actuación para el futuro a fin de cumplir en lo posible para que la UE nos conceda los cientos de millones prometidos para ayudarnos a salir del pozo económico en que unos y otros han metido a nuestras cuentas públicas, a los “ciudadanos de a pie” no nos queda otra que no sea inquietarnos y pedir que todo se quede solo en parte de lo que se anuncia.
Debido a la descomunal deuda estatal contraída y a la falta de medidas para reducir o suprimir el déficit de nuestras cuentas públicas, pues resulta que cada año que pasa nos vamos hundiendo más y más en un pozo de deudas, que a ojos de cualquiera que compare esa situación con lo que resultaría llevar algo así a la economía de su propia casa no puede más que pensar que o empieza a hacer recortes en sus gastos y a la vez buscar la forma de aumentar los ingresos, o, de lo contrario, la ruina está servida.
Tenemos, en mi opinión, unos gobernantes vacilones o pedantes, con perdón, que dan la impresión de creer que el dinero es de goma y estira como el chicle, y no es así. Si uno gasta más de lo que es capaz de ingresar, genera déficit, y el déficit lleva a la deuda, y como la deuda, además de tener que pagarla, va sobrecargada de los intereses correspondientes que nos exigen nuestros acreedores, pues resulta que el pozo en que nos han metido cada vez se hace más hondo.
Votamos periódicamente a unos políticos para que gestionen nuestras cuentas, unos aciertan más o menos y otros son un desastre y despilfarran nuestros impuestos en cosas no productivas además de superfluas o innecesarias, siempre según mi opinión; consecuencia de ello, estamos como estamos, y de seguir así aún estaremos peor. Los ciudadanos tendremos que acabar por aceptar recortes, pero a la par debemos exigir que quienes nos gobiernan nos den ejemplo de austeridad y reduzcan un montón de chiringuitos innecesarios que solo sirven, a mi entender, para aumentar el despilfarro y conformar a los fieles e interesados servidores de los partidos. Habrá que reformar todo el aparato político administrativo y cuanto haga falta para no seguir endeudándonos siempre a costa del sufrido contribuyente.
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