Pensamientos de la semana del 2 al 9 de mayo de 2021
Hay tanto de qué hablar que esta semana me voy a centrar en este fin de curso raro donde los haya. Aquí seguimos, rodeados de virus, subidas de impuestos, bajo un Gobierno social-comunista-del-pp-independentista vasco, gallego y catalán-por-todas-las-comunidades. Se me explotan los nervios y los conectores cerebrales porque no entiendo tanta incapacidad para gobernar un país, tanta cobardía por parte de los ciudadanos de no salir a la calle a mostrar nuestro rechazo, no encuentro a nadie con ganas de decir: basta ya.
No sé cómo va a terminar este Gobierno-Frankenstein-español, supongo que de la misma forma que comenzó, sin pena ni gloria, aunque me aventuro a decir que con mucho autobombo y mucha mentira detrás. Es un Gobierno que ya había nacido muerto prematuramente, rodeado de mentiras e insultos de los que jamás había “disfrutado” en mi larga existencia. No escribo más que de lo que leo en la prensa y de lo que veo en la poca televisión o radio a las que me conecto cada día, mayormente noticias, que nada tienen que ver con las de otros países europeos, especialmente en aquellos donde hay noticias alternativas en otras cadenas, aparte de las del partido en el poder.
Tengo que reseñar que es unos de los partidos más narcisistas y más dedicados y centrados en ellos mismos del mundo, no hay nada más que observar a su presidente, el narcisista “number one” por autoaclamación, siempre pendiente de su físico en los medios, con el lado bueno de su cara a cámara, cara bien dura tiene, por cierto. Siempre con el “mantra-soniquete-repetitivo” sobre sus múltiples logros. Sin embargo, para los ciudadanos, es un asunto bien diferente, enorme subida del nivel de paro en España, nunca antes apuntando tan alto como en la actualidad, sobre todo entre los jóvenes y entre los que pasan de ciertas edades. Algo de lo que se “siente” muy muy “orgulloso” nuestro gran estadista y presidente, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, porque lloraría y, como dicen mis alumnos, “a llorar a la llorería”.
Parece que no cuentan de la misma manera los asuntos para aquellos en el poder como cuentan para nosotros, ciudadanos-de-a-pie-que-vivimos-de-un-sueldo-normal-más-bien-bajo-o-ciudadanos-que-viven-de-las-pensiones-de-sus padres-o-abuelos. La vida es muy diferente cuando no tienes-ni-para-comer-ni-para-comprar-ropa-para-tus-hijos-ni-libros-y-demás-bienes-de-primera-necesidad, pero les da igual, para eso está este Gobierno-que-nos-(des)-cuida, para (des)-protegernos, decirnos que lo que está mal pues está bien; para ellos lo importante es el sentido de la solidaridad, que ellos no se aplican; de hecho, cada poco tiempo se suben el sueldo, porque no les llega ni siquiera para comer, ja, ja, ja, me carcajeo para no llorar. Que se lo digan a algunas personas cercanas, a las que conozco por mi trabajo, que no saben ni lo que es un ERE, ni una ayuda mínima vital, ja, ja, ja, por no llorar más; si quiere, súper-estadista-del-tres-al-cuarto, le envío sus nombres, porque tienen nombres y también caras.
Les recuerdo que sin la compasión que sale del corazón, que es simplemente ponerse en el lugar del que ni tiene ahora ni nunca tendrá, porque ustedes no harán nada para que mejore su lugar en esta sociedad. Han de empezar por ustedes, que no lo harán, es decir, nada va a cambiar, seguirán en el escalafón más bajo, son “los invisibles”, a los que se ve en “las colas del hambre”, igual que a los parias en otras culturas. No tengo más palabra que escribir en esta carta dominical.
Como nunca, nunca hemos de estar tristes o, al menos, intentarlo, les dejo con una canción alegre, de El Grinch, “Feliz”: https://www.youtube.com/watch?v=drW-hzW7iGI
Y también con un pensamiento del mítico programador, emprendedor e inversor Paul Graham, que preguntaba en septiembre de 2019 en Twitter: “¿Qué lecturas me han cambiado la vida?”. Leer cambia la percepción de la vida y nos ofrece felicidad, ánimo; leamos algo esta semana y ya me cuentan en unos días si este señor tenía razón.
Les dejo, ya va siendo hora, con las palabras de siempre, paz y bien, pásenlo de cine y pórtense muy bien, “The Big Data” está siempre al acecho recopilando datos, para saber qué nos atrae, y así nos ofrecerán tonterías varias para olvidar lo realmente valioso y enriquecedor para el espíritu.
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