De las redes sociales a la cirugía estética
Trabajo en una tienda de telefonía, por lo que estoy acostumbrada a que me pidan ayuda para compartir una fotografía en alguna red social o añadir un número de teléfono a su agenda de contactos, por ejemplo.
El otro día conversaba con una de mis clientas y me contó algo que me ha dejado alucinada.
Cogió su móvil, me enseñó una fotografía de ella misma modificada por los efectos de los filtros que ofrece Instagram para editar imágenes. Me dijo que no podría venir a recoger un pedido porque va a someterse a una operación estética para parecerse a la mujer de la fotografía.
En un primer momento no entendí lo que me decía, porque ella era la mujer de la imagen. Luego comprendí que lo que quería era mejorar su cara para parecerse a ella misma bajo los efectos de un filtro.
No creo que las redes sociales deban sentir la obligación de eliminar estos filtros, somos nosotros los que debemos aceptarnos como somos y no pretender ser perfectos hasta el punto de cambiar el color de nuestros ojos o el tamaño de nuestra nariz por cómo nos vemos en una fotografía.
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