Juvenicidio en Colombia
En Siero, en Oviedo, en Gijón, numerosas personas y colectivos, y un alto número de trabajadoras/es colombianas/os expresaban en público su dolor y rabia por los brutales ataques sufridos en muchos lugares de Colombia.
El domingo se producía un ataque en la Universidad del Valle, del Cauca-Colombia.
Y en numerosos vídeos se puede ver cómo en la UniValle están los indígenas en Minga, en movilización, y acampados, y son atacados por diversos frentes y en distintos momentos: por el ESMAD, escuadrón móvil antidisturbios que tiene un prontuario criminal muy abultado, y por la policía junto a hombres de civil que se señalan como paramilitares y cuyas camionetas blancas son filmadas por los comuneros indígenas.
El resultado provisional es de 12 personas heridas de bala y mucho horror. También de mucho rechazo universal: en la rueda de prensa de información y condena hablan el Consejo de Comunidades negras del norte del Cauca (que fuera visitado por la delegación asturiana), y Aida Quilcué (que fuera invitada a eventos en Asturias por el gobierno asturiano).
Entre los heridos dos son de Toribío, el lugar donde pernoctaba en marzo la 17.ª delegación asturiana, y cuyos testimonios de comuneras y comuneros, hacen parte del informe que actualmente está en imprenta, sobre aquella visita reciente al Cauca, y al Valle del Cauca, donde se establecieron también testimonios con profesores y empleados de aquella Universidad pública ahora atacada.
Entre tanto, la CUT y otras centrales sindicales, incluido Fecode, que es el sindicato de profesores de todo el Estado, han vuelto a convocar paro para este miércoles 12, y se ha conocido que una de las 47 víctimas de la violencia policial desde el anterior paro del 28 de abril, el joven estudiante Lucas Villa, al que se daba por muerto, se mantenía con vida en un hospital recibiendo el mensaje de René Pérez-Residente-Calle13, el cantante puertorriqueño que le ha ofrecido su casa, y cuyas canciones eran coreadas este sábado en la concentración en la Escandalera de Oviedo. El día antes a que le metieran ocho balas en el cuerpo Lucas había escrito a un amigo: "Ahorita en Colombia solo el hecho de ser joven y estar en la calle es arriesgar la vida. Todos podemos morir acá, pero cómo uno va a dejar a su pueblo. ¿Cómo no salir a marchar, a protestar mañana 5 de mayo?". Lamentablemente Lucas fallecía este martes.
Otro de los jóvenes, Elvis Vivas, atacado y herido el Primero de Mayo, fallecía el domingo tras larga agonía, en Madrid, Cundinamarca: "Él estaba en una marcha pacíficamente, cuando la tanqueta del Esmad se le fue a todos los muchachos que estaban allí sin importar agredirlos. Cuando la Policía interviene cogen a mi hijo y lo llevan a la inspección de Policía del Sosiego. Él entró bien y salió golpeado, me lo dejaron moribundo en la calle", dijo la madre del joven.
Circulan vídeos en los que diez policías no paran de golpear al joven de 24 años mientras lo llevan detenido. "Él era una persona llena de sueños, amigable, que reía, trabajadora y feliz, pero nos lo arrebataron. Mi sobrino no se murió, a él lo mataron", ha dicho el tío de joven.
Se vuelve a repetir, pues, multiplicado, el caso de Nicolás Neira, cuyo padre Yuri, por exigir justicia ha tenido que padecer cárcel, exilios, golpizas, y ahora se encuentra en Gijón: Nicolás fue brutalmente apaleado por la policía un primero de mayo en Bogotá y agonizó durante 6 días. La persistencia de su padre y sus abogadas ha logrado, 16 años después, condenar a tres policías, entre ellos un oficial por encubrimiento. Pero todavía no está presos por este crimen.. como denunciaba este jueves en la plaza del parchís de Xixón y este martes ante el Ayuntamiento de Siero.
Este mismo Primero de Mayo, pero en la marcha de Ibagué, capital del Tolima, fue herido de muerte por la policía el joven de 19 años Santiago Andrés Murillo. Y en la de Cali, que se ha convertido en epicentro de las protestas, también fue herido de muerte por la policía el joven de 16 años, Marcelo Agredo. En el reporte de la Defensoría del Pueblo sobre las causas de los fallecimientos se señala que tanto Marcelo como Santiago perdieron la vida por armas de fuego.
"Han matado muchos chicos y eso tiene que parar. Se deben implantar castigos y cambiar la formación de los policías para evitar estos crímenes", opina Miguel Murillo.
"El presidente debería poner un freno a tanta violencia que deja tantos muertos. El gobierno tiene todo en sus manos. Si no hay castigo, los policías van a seguir matando sin miedo", afirmó el padre de Santiago.
El padre de Marcelo: "Estamos hablando de masacres y no debería ser así. Tiene que existir justicia y los responsables tienen que ir a la cárcel. Lo más pronto posible".
De entre las numerosas víctimas de la policía está el caso de Nicolás Guerrero, cuya familia, esposa, hija y cuñada, están en Asturias.
Él mismo estaba en tierras asturianas desde 2017, hasta que regresó a Cali por un trabajo ofrecido en la alcaldía: "Salió en la madrugada y tuvo una herida por arma de fuego en la cabeza. Sí hay halcones de la muerte. Sí hay personas que estimulan que las contradicciones y los conflictos se resuelvan a través del derramamiento de sangre (...) Hay mucho dolor, mucha violencia, muchos jóvenes se han movilizado en estas jornadas", dijo el alcalde de Cali, pariente del joven.
Otro joven, que había filmado y difundido este crimen, denunció que fue perseguido, sus comunicaciones interceptadas, y hubo de esconderse.
El alcalde de la tercera ciudad del país salió a las calles junto a los jóvenes: "Esta espiral de violencia que se ha venido dando, me aterra y creo que más allá de condenar enérgicamente el uso de las armas para reprimir la movilización ciudadana, mi tarea es movilizarme con la gente, por eso caminamos desde el oriente de esta capital, convocando a que sea la vida la que prevalezca y a decirle a las Fuerzas Armadas que nunca se deben emplear las armas de fuego, frente a una contradicción de jóvenes, ni civil, porque esto no puede ser y ello debe ser condenado".
Hay miles de pronunciamientos, desde la ONU a los gobiernos o la UE, contra las violaciones a los Derechos Humanos en Colombia, en el marco de estas protestas, pero también hay evidentes órdenes de actuar brutalmente, como se puede comprobar con el descaro de las actuaciones policiales, que aunque son filmadas, no les importa, o tal vez sí quieren mostrar la impunidad con que pueden actuar disparando por doquier por el solo hecho de ser joven, o indígena o negro.
El gobierno de Duque, que había sido muy activo en la campaña a favor de la candidatura Trump en USA, ahora está en una intensa labor de incidencia hacia las nuevas autoridades de EE UU, y para ello desarrolla una precipitada y costosa campaña de lobby, cambiando su posición y tratando de adaptarse en los entresijos de los nuevos mandatarios: en tal campaña entraba la pretendida conferencia de Uribe Vélez el 5 de mayo en la Universidad de Nueva York: Uribe, ex presidente y ex senador, había estado incitando, de nuevo, a la represión. Miles de estudiantes y profesores yanquis escribieron una carta señalando la incongruencia de recibir a tal personaje, y finalmente la conferencia fue cancelada.
Las autoridades indígenas han detectado y detenido a varios infiltrados policiales, con armas para supuesta provocación. Una práctica que es reiterada y que tiene un largo recorrido que incluye procesos de justicia indígena.
El CRIC, tras los ataques de ayer ha dicho:
"La respuesta del gobierno a la protesta social ha sido de tratamiento militar, mediante la guerra pretende resolver los conflictos sociales, esta estrategia deja hoy más de 30 personas asesinadas, otras desaparecidas, judicializadas, personas con lesiones oculares, hechos de violencia sexual hacia las mujeres; además militarización de los territorios y una guerra sucia desarrollada por grupos paramilitares y estatales.
Tras las movilizaciones solidarias en todo el mundo, y en Gijón , Oviedo, Siero , o los pronunciamientos del Consejo de Langreo o la JGPA, y el que se está debatiendo en otros ayuntamientos, URGE detener la matazón de jóvenes en Colombia.
Propiciar la paz y los Derechos Humanos.
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