El chollo de vacunarse
Como si de un mercadillo de todo a cien se tratara, las autoridades de Estados diversos compiten por premiar a los ciudadanos que decidan ponerse la vacuna con regalos de lo más variopinto que van desde "la cerveza y un trozo de pizza" que ofrece Israel hasta las vacunas gratis que regala Serbia a sus visitantes, pasando por las "ofrendas" de diversos estados USA que van desde "cerveza gratis" a mayores de 21 años que acudan a ponerse la inyección (Nueva Jersey) a los 100 dólares que ofrece Maryland a los empleados estatales que se pongan la dosis; lo mismo Virginia a personas entre los 16 y los 35 años que se vacunen, así como un cigarrillo de marihuana o un donuts diario gratis durante un año en otros estados.
El punto de ironía y humor negro lo pone Rumanía (20 millones de habitantes), donde a pesar de que sus cifras de muertes superan las treinta mil, y las de contagios pasan del millón, y que más del 50 por ciento de sus ciudadanos son reacios a vacunarse, han tenido la feliz idea de regalar vacunas a quien visite el castillo donde vivió el famoso príncipe Vlad "el Empalador", en quien se basó la obra de ficción de Drácula.
El estímulo: No exige cita previa y es gratis el acceso a la exposición de 52 instrumentos de tortura medievales que hay en el castillo.
El pretexto: mostrar cómo la gente era mordida hace 500-600 años (entonces era con los colmillos, ahora será con jeringuillas).
El objetivo: vacunar a la mitad del país antes de finales de septiembre.
A nuestro Gobierno, con resaca permanente y abstraído contando mentalmente los billetes que van a venir de Europa, aún no se le ha ocurrido nada para vacunar a todo trapo y hacer creíble la increíble promesa del Presidente de llegar a la inmunidad de "rebaño" justo en 100 días, pero podría, digo yo, previa consulta con Iker Jiménez, tomar nota para estimular a los negacionistas e indecisos, ofertando "gratis total" terroríficos sitios nacionales como las Cuevas de Zugarramurdi, la Estación de Canfranc, el Barranco Badajoz, el Hospital del Tórax de Terrasa o las delegaciones de la Agencia Tributaria, que te garanticen "unas cañas, recibir abrelatas de berberechos y no encontrarte con tu ex" (C. Calvo).
Si encima la vacuna fuera la AstraZeneca, haría subir la tensión y dispararse las arritmias, con lo que la emoción estaría más que garantizada.
Saludos cordiales
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