Diversidad o diversificación
La diversidad es un hecho, la diversificación es un resultado que puede afectar a la unidad. Nuestro tiempo está marcado por una especie de rebeldía hacia la unidad, es como si la unidad nos adocenara; sin embargo, las diversidades actuales están bastante dirigidas y adocenan más férreamente que un sentimiento común, más que la necesidad de una sociedad armónica y, sobre todo, más que una expectativa, una esperanza para todos.
La política divide, la cultura selecciona, la economía y la religión separan y la tradición o las manifestaciones tan solo reúnen. Solo hay que añadir el papel de los medios de información y las redes para darnos una imagen más completa de esta sociedad diversificada y adocenada. Digo esto porque estaba recordando ese sentimiento común que se vivió en España en las décadas de los años 40 y 50. A pesar de que todavía se pretende sacar partido del resultado de una guerra civil, no hay partido que sacar. Los hechos fueron los que fueron y los resultados los que cabe esperar: un bando gana y el otro pierde, el que gana aplica el remedio que estaba defendiendo y si hubiese sido al revés el otro bando habría hecho lo mismo.
Lejos de la historia que se quiera inventar, aquella sociedad de la posguerra se perdonó, y se dispuso a luchar por una vida entre todos. No se hablaba ni se sabía nada de política, no existía la telebasura ni se conocían casos de asesinatos en la familia, al contrario, la familia era lo que había que salvaguardar, y unas familias se apoyaban en otras cimentando amistad y unidad. Aquella cuadrilla de aragoneses más emigrantes en Barcelona que la Piquer en Nueva York llegó a ser querida por todos y dejó un modelo en mi corazón que guardo como un tesoro, seguro de que ya no volveré a ver algo tan hermoso, ya no están los tiempos para que los manejen los ciudadanos amparados por la ley, son los tiempos de la ventaja del poder sobre los demás, los tiempos de la diversificación en los objetivos porque son muchos y variados los que tienen el poder de manejarlos.
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