Con senda de Rioseco a Soto de Agues
Hace poco más de tres años, fue publicada en esta misma sección una carta remitida por mí con el título “Sin senda de Rioseco a Soto de Agues”, en la que, entre reproche y reivindicación, me lamentaba de que algo tan necesario no figurase en el proyecto de la nueva SC-2.
Ahora y como consecuencia de la pandemia he instalado mi campamento base en Rioseco y he seguido de cerca el avance de la esperada senda, y más concretamente el tramo que discurre entre la capital del concejo y el pueblo de Villamorey.
Vista la nueva situación, me encuentro con el compromiso moral de reconocer por este mismo medio mi gran satisfacción por la obra realizada, de la que ya venimos disfrutando muchos de los paseantes del concejo, aunque lamentablemente alguna de las personas a las que había realizado el seguimiento con vistas a los cálculos estadísticos en los que en su día justificaba su necesidad ya no pueda pasear por la misma, bien sea por habernos dejado para siempre o tal vez por una merma física.
Ayer mismo y mientras transitaba sobre su recién estrenada superficie y por simple curiosidad quise fijarme en las marcas que dejaba sobre la misma la rugosa suela de mis zapatos de monte y en ese momento, con mi cabeza todavía agachada, me acudieron a la memoria los primeros versos de ese maravilloso poema de Antonio Machado: “caminante, son tus huellas / el camino y nada más”.
Decidido a enviar este escrito, sigo recitando el poema y entonces me viene la idea de que nada mejor que aprovechar la riqueza de nuestro maravilloso Diccionario de la Lengua Española, que por cierto durante los últimos tiempos se encuentra tristemente sometido a continuos intentos de agresión lingüística, para encabezar esta carta y de la manera más sencilla me ha resultado suficiente con intercambiar la preposición que encabeza ambos títulos.
Espero que la salud me permita durante mucho tiempo hacer camino al andar.
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