La importancia de cuidarnos
Cuando me preguntan sobre el mundo de la terapia me planteo si la gente es consciente del maltrato social que recibimos a diario y al mismo tiempo cómo nos vamos exigiendo cada día más y más sin parar a pensar si hacemos lo que realmente queremos. Me encuentro con adolescentes que no quieren estudiar y no entienden por qué nadie les pregunta qué les pasa. Si en la etapa de instituto me hubieran preguntado cómo me sentía creo que no lo habría sabido responder y, a la vez, me hubiera sentido aliviada -no todo es memorizar hubiera pensado.
Está comprobado que hacer ejercicio y prestar atención a cómo nos sentimos aumenta las capacidades de aprendizaje a la vez que la autoestima y, por tanto, la motivación. Las instituciones académicas de hoy nos enseñan desde la memorización obviando las diferentes inteligencias, es decir, dando más importancia al intelecto que, por ejemplo, a la creatividad y emoción. Hago referencia a estas porque estamos en un momento en que nuestra gran competencia en el ámbito laboral son las máquinas y la única cosa en la que las máquinas nunca podrán ganarnos es en la espontaneidad de la emoción y la creatividad humanas.
Consecuente a lo que acabo de mencionar me planteo: ¿cuánto tardaremos en entender que sin emoción no encontraremos nuestro lugar en este mundo y nos iremos destruyendo unas personas a las demás? ¿Cuándo veremos la necesidad de poner los cuidados en los centros?
Si me preguntan por qué pienso que la terapia es necesaria, diré que es para paliar todo lo que el sistema maltrata. Es por hacernos esto más fácil y darnos un espacio de amor, un espacio donde crear una nueva manera de relacionarnos. Un espacio para curarnos en la medida que nos sea posible.
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