Los muertos los pone el pueblo
Una vez más, vuelta a empezar. Una batalla más en una guerra que parece no tener fin. Que si ha empezado Palestina. Que si Israel solo se defiende. Que si los árabes usan a niños de escudos humanos. Ahora metemos por aquí un par de fake news, y aquí no ha pasado nada. Da igual que por cada muerto israelí (una tragedia, eso es algo innegable) haya muchos más palestinos (y que muchos sean niños), los palestinos siempre van a necesitar el doble de motivos para hacer las cosas.
Todo el mundo, salvo los cuatro hoolingans de turno, pide la paz. Es una guerra tan impopular, tan desigual, que uno se pregunta a qué intereses obedece, quién hay detrás de la desidia de la población, qué brazo mediático nos adormece y redirige nuestra atención a otro lado mientras mueren inocentes.
Cada vez que empieza una contienda, me da la sensación de que alguien saca partido de ella. Uno por mártir y el otro por héroe, lo único que hacen es enquistar un conflicto en el que parece que cada uno se siente cómodo con el papel que le ha tocado. La batalla del relato, esa sí que parece que no la gana nadie. Porque la única verdad innegable sobre todo esto es que los muertos siempre los pone el pueblo.
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