Claridad y decencia
Me gusta la claridad en todo, y si hay que responsabilizarse aún la prefiero.
Hace unos días leí unas manifestaciones de Benedicto XVI en las que decía que a los homosexuales les estaba vetado el acceder al sacerdocio.
Dicho así, está claro pero no faltan paladines de la igualdad que se sienten discriminados. Claridad, ante todo claridad. Si a un sacerdote se le acusa de homosexual, la crítica por derecha y por izquierda, por activa y por pasiva, se le acusa a la iglesia por tener un cura homosexual. ¡ que horror!¸pero ya estamos admitiendo la responsabilidad y el respeto que merece el sacerdocio cuando ante esta noticia se rasgan las vestiduras. ¿ recuerdan quien se rasgaba las vestiduras ?, pues igual, siempre ha sido así. Los mismos se han rasgados las vestiduras.
Y hay salir al paso de tanta hipocresía. Ha caido en mis manos un comunicado de Marzo de 2010 en el que textualmente el Director de la oficina de prensa de la Santa Sede -hombre si es de la Santa Sede qué va a decir, añadirá alguno - y transscribo: los errores cometidos en las instituciones y por responsables eclesiales son particularmente reprobables, desde la responsabilidad educativa y moral de la Iglesia. Estos hechos llevan a la Iglesia a elaborar las respuestas apropiadas y se insertan en un contexto y una problemática mas amplia que atañe a la profesión de los niños y de los jóvenes de los abusos sexuales en la sociedad.
El vaticanista Luigi Accatolic, el distinto modo de tratar las cosas según afecten a la Iglesia Católica o a otras instituciones. En un artículo publicado en Liberal ( 09/03/09) Accatolic facilitaba un dato; desde 1995 se han denunciado en Alemania 210.000 casos de abusos sexuales, de ellos afectan 94 a personas de instituciones de la Iglesia Católica.
Otra información, más que sesgada, ha querido involucrar en los escándalos sexuales al hermano del Papa a ver si salpicamos hombre Georg Ratzinger, por casos sucedidos en el pueblo de Ratisbona del que fue director entre 1964- 93. pero los casos no eran, ni de éste coro ni de éste período de tiempo. Desvergonzados, no les dá vergüenza ya que sse refieren a sucedidos de 1958 de ahora en la fecha -; si se les acusase aellos dirían ya ha prescrito.
Sea lo que sea, ¡ Hale ! se lo colgamos al Papa. Podría seguir para sacarle los colores, pero no teneis colores que sacar, el rojo lo tenéis grabado.
Se pretendía culpar al Papa de los abusos cometidos por un sacerdote llegado en 1980 de Essenn a Munich para someterse a tratamiento por su inclinación a menores, era homosexual. El Cardenal Ratzinger autorizó este traslado.
Este sacerdote en cuestión fue denunciado en 1985 y condenado por un tribunal civil al año siguiente, época en que era el Cardenal Prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fé, nombrado en 1981; y por tanto estaba en Roma.
No importa manchar cuando tu existencia se desenvuelve en la siénaga.
Alfredo Hernández Sacristán, Jerez de la Frontera (Cádiz)
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