Las distintas capacidades y el doble rasero con las vacunas
Sr. Barbón, presidente del Principado, con respecto a las vacunas la responsabilidad política también de su Gobierno deja mucho que desear, ya que a lo largo de toda la pandemia siguen ignorando a los más desprotegidos, las personas con distintas capacidades. Su repetitivo discurso fácil y demagógico en las redes lo tiene ya muy gastado y solamente sirve para contentar palmeros sin que los ciudadanos podamos sentir un poco de aliento gubernamental para intentar solventar nuestros problemas. Se lo digo con todo el respeto posible desde el dolor de unos padres que ven con gran impotencia cómo personas con distintas capacidades y sus familias son arrinconadas por las mentiras y la fría burocracia del Gobierno del Principado. Dudamos mucho de que existan protocolos de prioridades con las vacunas, pues desde el inicio más bien parece una anarquía con múltiples atajos para que los caraduras se salten los turnos con total impunidad.
Los grandes perjudicados son siempre los mismos y ahora con el covid-19 mucho más, ellos que iban en el cuarto grupo inicialmente ahora ni se sabe pues ya cambiaron 11 veces los planteamientos de estas personas donde impera la anarquía y la desinformación.
Es cierto que la vacunación está avanzando rápido en Asturias, para unos más que para otros. El descontrol del robot que hace las llamadas: alguien debería resetearlo y ponerlo al día, están llamando a personas ya vacunadas dos y tres veces, los listados telefónicos no se pueden contrastar ni añadir un número de contacto actualizado y tampoco puedes hablar con nadie físicamente ya que para eso pusieron el dichoso numerito.
De nuevo le recuerdo, Sr. Presidente, que nuestro hijo con distintas capacidades sigue aún sin vacunar y, por lo tanto, lleva más de 14 meses sin acudir al CAI de Villalegre, con lo que esto conlleva para él. Si la pandemia para todos los ciudadanos es difícil, para ellos es mucho más. ¿Dónde están los criterios que siguen en el Principado con las vacunas?, ya que en algunos centros ocupacionales como el de mi hijo ya se vacunaron todos –usuarios, cuidadores y familiares– y casualmente en el CAI de Villalegre, al que acuden 58 usuarios, solamente están vacunados los profesionales y un total de 16 usuarios. Nadie sabe con qué criterio se vacunó solamente a un reducido grupo del grado 3 (no todos), algunos del grado 2 y también algún familiar. Quedan por tanto 42 usuarios, algunos con patologías graves, sin vacunar y nadie sabe o quiere saber nada al respecto.
Ya ni tan siquiera le pido un poco de empatía, pero sí me atrevo a pedirle un mínimo de responsabilidad con las personas con discapacidades y sus familias que son siempre los cuidadores más directos con servicio permanente de 24 horas. En nuestro caso ya estamos al límite y mentalizados de que no harán absolutamente nada para acelerar el proceso y que nuestro hijo se vacunará por el turno de edad. Los enfermos crónicos y el grado de discapacidad de los ciudadanos más desprotegidos nadie los tiene en cuenta para las vacunas si no son residentes de un centro. Si tienes la suerte de lograr hablar con algún responsable de vacunación te dice sin sonrojarse siquiera que ya falta poco y trates de hablar con el médico de atención primaria a ver si te puede hacer un informe.
(Para las elecciones todos los datos informáticos funcionan a la perfección, y casualmente para las vacunas los informes de la Administración y Seguridad Social no existen).
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