El Olvido que seremos
Está proyectándose en los cines comerciales de Asturias El Olvido que seremos... peli que sobre la novela de Héctor Abad-hijo ha realizado Fernando Trueba sobre la vida de su padre Héctor Abad en Medellín (médico, ensayista, luchador por los derechos humanos y especialista en salud pública colombiano), que acaba siendo asesinado por paramilitares... pues bien... la "rabiosa actualidad" nos lleva a una especie de repetición del crimen… ayer en Cali, en la persona del "ángel guardián" Armando Álvarez.
En horas de la noche del lunes 24 de mayo, Miyerlandi Torres, Secretaria de Salud de Cali, confirmó el asesinato de Armando Álvarez.
Álvarez ya era una persona reconocida en el sector de Puerto Resistencia, epicentro de manifestaciones sociales con respuestas represivas con violaciones de derechos humanos.
Ante los atropellos, Álvarez gestionaba la atención médica para las personas heridas y, además, hacía acompañamiento a los familiares de las víctimas, por eso lo conocían como el «ángel guardián» de Puerto Resistencia.
Durante el Paro Nacional, Cali ha sido la ciudad que se ha visto más afectada por el accionar violento de la Fuerza Pública. La ciudadanía también ha denunciado que, así como sucedió cuando la minga indígena estuvo en Cali, a diario se observan camionetas extrañas en las que se presume, se movilizan personas que están ejerciendo dinámicas paramilitares con el fin de diezmar la protesta y a los manifestantes.
Dentro de estas operaciones se denunció por parte de las ONG la existencia de presumibles «Casas de Pique», lugares de descuartizamiento, en Ciudad Jardín.
Desde que comenzó el Paro el 28 de abril, a casi un mes de su continuidad debido al tratamiento de guerra dado por el gobierno a los manifestantes, se reportan 59 crímenes, la mayoría de jóvenes, estando Cali a la cabeza de víctimas, que incluyen violencia sexual (Se sigue recordando el caso de Alyson, menor de edad abusada por la policía en Popayán, presuntamente suicidada después.), desapariciones, pérdida de ojos por los disparos horizontales de la policía, centenares de heridas y detenidas arbitrariamente.
En paralelo, además, este año se han producido ya 39 masacres.
Y el número de líderes sociales asesinados este año asciende a 65, y otros 23 firmantes de paz.
Las cifras del terror y la persistencia de la violencia estatal han derivado en la renuncia de dos ministros y el comisionado de paz.
Pero la arremetida policial y militar continua, lo que provoca a su vez que el Paro se extienda por todo el territorio como respuesta elemental ciudadana.
Héctor Abad, Armando Álvarez, asesinados con 34 años de diferencia, parecen mostrar la repetición continua del mismo ciclo de violencia institucional, protagonizada por la oligarquía más avariciosa del mundo.
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