La tragedia realmente existente
La banalidad de nuestro tiempo estriba en que todo es cambiado de inmediato por otra inmediatez, existiendo el agravante del despilfarro. Aunque tengamos poder para imaginar las cosas y usar el tiempo para lograrlas, solo imaginamos torbellinos de efímeras ideas ligadas a emociones aún más efímeras, mientras el tiempo, más que ser de uso, es de aturdimiento. No nos paramos a establecer un diálogo capaz de apreciar al “tú” con el que el “yo” dialoga. No tenemos tiempo para apreciar las diferencias, solo aceptamos lo igual por su inmediata sencillez para hacerlo. Sin embargo, es en el diálogo en la diversidad donde habita el conocimiento que descubre el “ello”.
La comprensión avanza cuando pensamos en todas las posibilidades con el fin de decidir las adecuadas y poder establecer una norma que permita la comprensión de la realidad. Pero si ya existiese tal formulación, aunque no la comprendiésemos, el hecho de visualizar todas las posibilidades nos ayudaría a intuir la realidad. Entonces la intuición ocuparía el lugar del rigor y esperaríamos a que se despejase la niebla que oculta la cumbre del conocimiento. Sin embargo, la actualidad busca pensamientos de mínimo esfuerzo con diálogos hueros a modo de eslóganes publicitarios que incitan al consumo como satisfacción. Todos nuestros artefactos de consumo, a pesar de su atractivo, pasarán a ser deshecho por nuestro desprecio. El exceso de consumo sin aprecio perdurable generará de continúo muchos deshechos. El único hecho real como proyecto humano actual, si nos ajustamos a los hechos y al momento, es la génesis de despilfarro y de desechos. Pronto pasaremos a ser nuestro propio deshecho en una tierra baldía, llenos de la inmediatez que nos traslada de un pensamiento vacío a otro pensamiento igual de vacío.
“La mundanidad es la cultura de lo efímero, del aparecer, del maquillaje, del hoy sí y el mañana no y después sí (...) no conoce fidelidad porque cambia según las circunstancias y negocia todo (...) Es la cultura del usar y tirar, sin raíces” (Papa Francisco). Estamos siendo un proyecto irrisorio que hace crecer “la nube”, los privilegios de pocos, la precariedad de muchos, y la basura que invade el mundo. Entretanto el césped del pensamiento está siendo cortado y abandonado como abono para ser vuelto a cortar en cuanto crezca un poco. La tragedia realmente existente se oculta bajo promesas de crecimiento futuro realizadas a un césped que volverá a ser cortado. El futuro se desconoce y es impredecible, pero las promesas políticas para él se hacen perdiendo todo el sentido de la tragedia de hoy.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo