Nobles discretos varones, que gobernáis a Asturias, cuidado con lo que haceis
PREFIERO UNA ESPAÑA ISLÁMICA A UN ESPAÑA ROTA
Los moros al fin y al cabo creen en Dios y me permitirían practicar la religión cristiana como ocurrió con el rito visigótico. Ante el alzamiento catalán y los berridos independentistas de Barbón, el autónomo asturiano, gritando en bable, un idioma que no existe, vivas al federalismo, la sinuosidad independentista del gallego Feijóo, con sus aires de seminarista compostelano, yo le recordaría a Sánchez, ese mentiroso compulsivo que se refugia como un perrillo de haldas bajo las haldas de la masonería y la mariconería corrupta bruxelense, unos versos muy a propósito de esta hora en que vivimos los españoles ajenos a las ansias (aquí todo cristo quiere mandar pisar moqueta y contar con una paga del Estado) de poder del fatídico inquilino de la Moncloa, son de un poeta medieval castellano, Gómez Manrique:
Nobles discretos varones
Que gobernáis a Toledo
En aquestos escalones
Dejad vuestras ambiciones
Codicias, amores, miedo
Por los comunes provechos
Dejad los particulares
Pues vos fizo Dios pilares
De tan altísimos techos
Estad firmes y derechos
Yo prefiero una España roja a una España rota por el independentismo federalista. Me haría moro con tal de conservar mi españolía. Tenía razón Ibn Hasan, aquel reyezuelo murciano: “La guerra civil no es fecunda, sus flores son baldías”. Debía meditarlas el Sánchez ese traidor, mentiroso compulsivo. Va a acabar mal.
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