Adiós a un caballero del fútbol
Se veía venir que la estela de Zidane se estaba apagando por la carencia de resultados satisfactorios de su equipo y que su salida podía ser inminente, como así ha sucedido, pero no por ello hay que dejar de elogiar a un gran profesional que ha hecho un buen trabajo en un equipo muy exigente como es el Real Madrid, a pesar de que no le hayan acompañado últimamente las necesarias victorias para mantenerse como entrenador y tener más oportunidades de demostrar su valía.
Una valía suficientemente contrastada en sus años como entrenador del equipo blanco, con el que ha logrado tres Champions y dos Ligas, uno de los mejores registros en la historia de sus entrenadores. Y como jugador, con un envidiable palmarés, una Liga de Campeones, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa, una Copa Continental y una Champions lograda en Glasgow en 2002 gracias a un extraordinario y siempre recordado gol de volea que dio la vuelta al mundo.
Se marcha de nuestro fútbol, un auténtico fenómeno del balompié en todas sus facetas, en las que ha destacado por su calidad excepcional y por su señorío, dentro y fuera del campo.
Vaya donde vaya volverá a triunfar, se lo merece y se lo desea un atlético de toda la vida.
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