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Señores delincuentes

31 de Mayo del 2021 - Alejandro González Lada (Urbiés)

Imagínate por un momento que vas a una tienda de electrodomésticos en busca de una lavadora, y que una vez elegida el vendedor te diga que para vendértela tienes que comprarle también una aspiradora... o que vas a una tienda de ultramarinos en busca de un kilo de plátanos y el comerciante te los vende, pero tú tienes que comprarle también un kilo de chorizos... ¿Verdad que no es normal que te obliguen a comprar algo que no deseas so pretexto de que es lo que hay?... bien, pues algo que puede sonar tan ridículo, es práctica habitual entre los bancos del país. Tú vas a pedir un crédito a cualquier banco y cuando se cierra el acuerdo, te dicen que para concedértelo es premisa obligatoria que contrates con ellos los seguros que tienes en vigor, como si el crédito fuera gratis y no te fuera a costar nada, como si ellos con esa operación no fueran a sacar rédito alguno y necesitaran aprovechar para sacarte algo más.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Aún recuerdo cuando ibas al banco y te encontrabas a tu persona de confianza, el trato era personal y mediaba la confianza. Eran tiempos en los que algún empleado de banca llegó a reconocer que ya no sabía si era empleado de banca o de una tienda de electrodomésticos, porque su rutina habitual giraba en torno a la comercialización de cuberterías, cafeteras, secadores y aspiradoras, si depositabas un capital a un plazo fijo de tal o cual temporalidad. Insisto, el trato era cordial, la relación buena, y rara era la ocasión en que pudiera llegarse a discusión.

Con la práctica desaparición de las Cajas, la relación entre las entidades y los clientes se enfrió, cuando se puso en práctica el fraude de las preferentes, la relación se rompió totalmente, y a partir de entonces el vínculo entre ambos viene determinado por la desconfianza.

Los bancos decidieron apartar a los clientes de su personal, empezaron con la movilidad de sus empleados para que no fraguara una relación de afecto o confianza, y se culminó con la desafección total, obligando a los clientes a realizar casi todas las operaciones como si se tratara de empleados, fijando horarios para la atención directa, lo cual nos lleva a concluir que nunca seremos dueños de nuestro dinero, a no ser que lo saquemos y llevemos para casa, puesto que solo así somos realmente dueños de nuestro dinero, haciendo uso de él cuando nos venga en gana y no esperando colas en el cajero (si es que funciona), o esperando que haya liquidez, bien sea en caja o en el cajero.

Los empleados de estos tiranos no tuvieron consciencia de que eran trabajadores hasta que se vieron pisoteados por sus jerarcas; ahora sí, ahora son conscientes de que las prácticas en las que se vieron envueltos sin oponer mayor objeción son las mismas que empleará la cúpula directiva con ellos. El ejemplo de José Ignacio Goirigolzarri al frente de una de las entidades rescatadas, que pasará de cobrar 500.000 euros a 1,65 millones de euros anuales, mientras se propone dejar en la calle a 8.000 trabajadores, es santo y seña de los grandes banqueros y empresarios de este país, la marca España. Estos parásitos se nutrieron de un rescate (según Guindos y Rajoy "préstamo en condiciones ventajosas", "que iba a pagar la banca"), pero hoy somos conscientes de que esta garrapata seguirá chupando, y no hay saciedad.

Está claro que al igual que el hábito no hace al monje, los trajes y las asambleas de accionistas no hacen a las personas más dignas y respetables, porque si votan a favor de que una persona cobre más del doble de lo que ganaba al año (ojo, que no hablamos de un vulgar mileurista), mientras que sobre el otro platillo de la balanza se coloca el despido de miles de trabajadores, creo que no hay traje ni título que se les pueda acuñar para tratarles de forma benévola, pero seguro seguro seguro que alguna persona encuentra justificación.

Esto es lo que marca a España y se vende como producto nacional, se suceden gobiernos, se actualizan las estafas que se venden como prácticas comerciales legales, y después de todo, cuando hablas de nacionalizar la banca y acabar con esto, te llaman comunista... ¿hablamos de las eléctricas?... en fin... amén a todo.

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