¿Había o no había?
Una vez más, y será la enésima, el Partido Popular, esta vez por boca de Almeida (alcalde de Madrid y portavoz nacional del partido), ataca al mensajero y no al delincuente, y la gravedad de los hechos a los que hace referencia no es que esté a punto de dictarse sentencia firme probando la existencia de la caja b, sino que la prensa ya lo haya publicado.
Llevamos ocho largos años con esta historia, ocho años en los que Rompetechos, sin lupa, simplemente atendiendo a los indicios y evidencias, podría haber hecho de Sherlock Holmes, resolviendo en un abrir y cerrar de ojos el caso de la caja b del Partido Popular.
Si en esa formación política hubiera un resquicio de decencia, doy por hecho que la destrucción de los ordenadores del contable les hubiera provocado algún malestar, o que, sabido que la sede del partido se pagó con dinero negro, se ruborizarían. Aunque no fuera responsabilidad directa de la dirección actual, yo creo que pidiendo disculpas públicamente, y poniendo en práctica ese código de buenas conductas, la percepción de la ciudadanía respecto a la formación sería otra, pero nada más lejos de la realidad, no solo no asumen culpabilidad alguna, sino que prosiguen con la técnica empleada por los antecesores, y los culpables siempre serán los demás, y si hay que matar al mensajero, se le mata y punto.
¿Qué les parecería que ahora se juzgara por perjurio a Aznar, Rajoy, Arenas, Rato, Cospedal y todos esos testigos que declararon bajo juramento a lo largo del proceso negando la mayor? Mi experiencia, en base a los hechos ya señalados, me dicta que se volvería a escenificar la misma pantomima que se mostrara en 2009, con la cúpula del partido postrándose como borreguillos y víctimas propiciatorias de una persecución orquestada por el Gobierno, elevando a los altares ese cinismo del que hacen gala en las grandes ocasiones.
Consciente de que ideológicamente estoy en las antípodas de esta formación, si algo hay que jamás seré capaz de entender, es que haya gente de a pie que lo disculpe, gente como tú y como yo, que se remite a escupir las mismas sandeces que los implicados, repitiendo como un mantra los titulares de tal o cual periódico, cuando no son ni cargos honorarios del partido, ni afiliados, y el único sobre que vieron procedente del Partido Popular es el que les invitaba a introducir la papeleta para votarles.
Por supuesto que cada uno es muy libre de creer lo que quiera, y ojo que hablo de pensar, y cuando digo pensar (repito, pensar) eres libre de analizar y opinar en base a unos hechos, y si para hacer una crítica necesitas cambiar el color de los protagonistas entenderás que sobran las palabras, los delincuentes son delincuentes, y a mí personalmente me importa un bledo que sean de una u otra inclinación, porque ambos me provocan la misma repulsión.
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