Estudio del piropo
Señora ministra de la desigualdad feminista, irredenta del odio al hombre, fuera de tono y lugar ahora quiere hacer un estudio del impacto sexista del piropo sobre la mujer, se ve que a Vd. no le gustan los piropos o quizás sea que no los merece, pero hay muchas mujeres jóvenes y mayores a las que les gustan que los chicos les digan qué guapas son, bonitos ojos, sonrisa, etcétera, sin faltar, claro, y a los chicos que esas mismas chicas se los devuelvan con un y tú también o al menos que les den las gracias; naturalmente que hay piropos y piropos, pero dado su talante Vd. tuvo quizá la mala suerte de estar entre gente poco galante, ¿o ser galante también está ahora prohibido? Mírese, señora, vaya al psicólogo, que lo suyo no es fácil de tratar, está Vd. obsesionada en tomar decisiones absurdas: gastarse ahora 46.000 euros para un estudio sobre el impacto sexista de los piropos es ridículo, o quizás es un pretexto para darle un dinero a algún amigo suyo y así lo entiendo mejor, pero si no es así es que a Vd. le han dedicado muchas palabras soeces porque no era digna de otra cosa, que por supuesto nunca compartí, ya que eso no son piropos, no nos confundamos, nunca he visto molestar una palabra sobre la belleza o la gracia de un piropo bello y gracioso. ¿Quién lo puede detestar? Hágame caso, señora ministra, vaya al psiquiatra y mírese su obsesión de odio, o mejor dicho sus desvaríos y despilfarros de dinero público con la que está cayendo.
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