Pésima gestión de las vacunas para las personas con distintas capacidades
El 9 de junio por fin nuestro hijo ha recibido la primera dosis de la vacuna, lógicamente porque por edad le toca (tanto a él como a todos sus compañeros del CAI de Villalegre que inexplicablemente la mayoría estaban sin vacunar), qué triste es que les hayan dejado para los últimos, aunque no es extraño ya que estas personas son invisibles para todos.
Pero quiero dejar constancia de mi cabreo por lo mal que en algunos puntos de Asturias se ha gestionado para las personas vulnerables con distintas capacidades y también para las personas con enfermedades crónicas o con patologías graves.
El mes de marzo de 2020 pasará a la historia por ser cuando quedamos en confinamiento a causa del covid-19
Si a todo el mundo nos cambió la vida, a estas personas mucho más.
Ellas siempre han vivido el confinamiento social desde que llegaron a este mundo y con la pandemia mucho más, han sido los más perjudicados, con la complicidad o pasotismo de quienes deberían mirar por sus derechos: Consejería de Asuntos Sociales y Bienestar,
asociaciones de ayuda a las personas con discapacidad, fundaciones de centros de apoyo por la integración, instituciones humanitarias que hacen voluntariado con estas personas,
Gobierno del Principado de Asturias.
Nadie, absolutamente nadie ha movido un dedo para hacer cumplir lo que se había dicho primero, que no era otra cosa que vacunarlos en cuarto lugar.
Dejo por si alguien lo ha olvidado un breve resumen de lo que han pasado y siguen pasando los estigmatizados de esta sociedad con tanto déficit de empatía y tanto superávit de "caridad cristiana".
Mi descontento e indignación es enorme ante lo que yo llamo "caso paranormal" con el no protocolo de las vacunas para las personas vulnerables y/o con distintas capacidades.
Aunque, por regla general, el ritmo de las vacunaciones vaya bien, en el caso que me ocupa y preocupa peor no lo pueden haber hecho.
Estas personas siempre son las grandes perjudicadas, y ahora, con el covid-19, mucho más; se están vacunando personas a las que aún no les toca, y ellos, que iban en el cuarto grupo, los han dejado para los últimos sin tener en cuenta sus características,
Nuestro hijo lleva en casa desde marzo del pasado año. Si le hubieran vacunado cuando le correspondía podría ir al CAI de Villalegre y normalizar un poco su vida, pero a la vista está que estas personas son las últimas para todo. Pasaron de ser un grupo prioritario a ser un grupo invisible.
En algunos centros se vacunaron usuarios, cuidadores y familiares, y casualmente en el CAI de Villalegre (Avilés), nadie sabe con qué criterio, se vacunaron un grupo pequeño del grado tres (no todos) y algunos del grado dos y también algún familiar. El día 9 de junio vacunaron a los 42 usuarios que faltaban.
¿Se han parado a pensar el daño que les están haciendo a estas personas?
Sus vidas desde que han nacido están llenas de limitaciones, y ahora, con el covid-19 mucho más.
Cuando hemos llamado y hablado con la coordinadora del área III del Hospital San Agustín para quejarnos porque nuestro hijo seguía sin vacunar, nos dicen que el médico de cabecera tiene que mandar un correo electrónico donde conste el grado de discapacidad.
Vamos a ver, las administraciones y los médicos en los historiales tienen toda la documentación, pero el caso es marear la perdiz.
Lo que más me cabrea es que por ley tanto a las personas vulnerables como a sus principales cuidadores les toca vacunarse todos a la vez y con la misma vacuna.
Pues bien, en nuestro caso cada uno tiene una distinta y tiempos distintos también.
Retomando el hilo, después de muchas vueltas, llamadas al hospital por el tema de la vacuna; correo electrónico que se envió a la consejera Melania Álvarez, "que todavía no tuvo tiempo de contestar"...
Al final, después de dejar abiertas varias incidencias en el Hospital San Agustín de Avilés, el 2 de junio desde el hospital le dan cita a nuestro hijo para la primera dosis de la vacuna para el día 9 de junio, y el 30 de junio la segunda.
Al final las vacunas tienen la virtud de igualarnos a todos, ya que a nuestro hijo lo llaman por la edad y no por lo que por derecho le correspondía.
Es vergonzoso que él, que estaba en lo que dijeron al principio que sería el cuarto grupo de vacunación, lo llamen cuando a los demás.
No han tenido en cuenta para nada sus características ni su agotamiento mental por la pérdida de toda su vida, de por sí llena de obstáculos.
Repito de nuevo que nadie, absolutamente nadie hizo nada para que estas personas fueran vacunadas en el cuarto lugar como se había dicho.
Y que no olviden los que han estado callados sin mover un dedo por estas personas que no pedimos nada que no nos corresponda, ni colarnos como muchos han hecho.
Pedimos derechos, no migajas, así que el que quiera colgarse medallas que las compre en el rastro.
Para quien quiere justificar lo injustificable y compara al covid-19 con una guerra, en la que siempre hay caídos (si la cosa no fuera tan seria es para tomarlo a chiste), pero qué casualidad que siempre los que caen son los más vulnerables, los altos mandos siempre quedan a salvo de todo.
La decepción es tremenda viniendo de un "Gobierno progresista", donde alguien debería explicar por qué nuestros hijos con distintas capacidades y el resto de sus compañeros de centro fueron arrinconados e ignorados al principio y vacunados el pasado día 9 por la edad (en el caso de mi hijo, 45 años) y no cuando les correspondía por derecho, después de llevar más de 14 meses sin acudir al CAI de Villalegre, con lo que esto conlleva para él y sus compañeros de centro.
A lo largo de la pandemia fueron muchos los silencios y falta de empatía para los que se quedaron descolgados por la incapacidad de un Gobierno insensible y nada coherente con las leyes que promueve, sobre todo de quien tenía la obligación de velar por ellos y sus derechos fundamentales, como por ejemplo la consejera Melania Álvarez, por lo que representa.
Lo más gracioso es que ahora que ya está vacunado con la primera dosis no paran de llamarnos con la maquinita; llama dos o tres veces al día siguiente de vacunarle, a la vez que también lo hace el Hospital San Agustín, donde se vacunó, para darle cita de nuevo; y a su vez la enfermera del centro de atención primaria al que pertenece para decirte que tiene una orden en la que está anotado en una lista mi hijo para vacunarlo en casa y que tiene que esperar aún para que puedan reunir un grupo de casos similares en su zona. ¡Es de juzgado de guardia!
Los que antes no querían saber nada, no cogían el teléfono y te bloqueaban con sus filtros y mentiras indignantes, ahora se desviven todos por llamar intentando colgarse medallas. Este es el verdadero control de las vacunas y la sensibilidad que tienen quienes manejan todos nuestros datos en el Principado de Asturias. Seguro que cuando estemos en campaña electoral no se extravía ni un solo nombre para pedir el voto.
Las cosas cuando se hacen bien hay que aplaudirlas y cuando se hacen mal, como es el caso que nos ocupa, hay que decirlas.
Lo más triste es que si ahora que están sus padres, las administraciones, asociaciones, etc. pasan de todo el día que faltemos los padres ¿qué futuro les espera a nuestros hijos?
Las críticas no gustan, pero si se paran a leer este escrito detenidamente imaginando que son hijos o familiares directos del lector, igual lo ven de otra manera y empatizan con nuestra realidad.
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