El G7, el G20, las vacunas, la riqueza y la pobreza
No ha tenido mucho eco la noticia de que una de las decisiones que se han tomado en la cumbre del G7, que se está celebrando estos días en Bruselas, es el anuncio de la distribución de 1.000 millones de vacunas entre los países pobres, una iniciativa que había partido inicialmente del fondo monetario internacional, instando a los países que integran el G20 a abordar este problema con absoluta prioridad.
Es, sin duda, una gran noticia que los países ricos, que generan el 88% de la riqueza mundial, se empiecen a interesar realmente por los problemas de los países pobres, aunque haya tenido que ser una emergencia sanitaria de alcance global la que lo ha motivado.
Lo cierto es que ya se oyen voces en el seno de estas macrocumbres que no hablan solo de las vacunas, sino también de la pobreza y de la educación, dos magnitudes de alcance global que también requieren soluciones de emergencia para construir un mundo más justo y solidario.
Al margen de las resoluciones que se tomen en las mencionadas cumbres y de las razones para ello, si los veinte países más ricos del planeta destinaran "desinteresada y regularmente" una mínima parte de los cientos de miles de millones de sus presupuestos anuales para estos fines, empezarían a resolverse muchos problemas, y a la vuelta de unos años el mundo podría ser muy distinto. Benditos los sueños.
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