Naval Gijón: estrategias de futuro
Nuestro futuro no es solo turismo y atracciones, tampoco es automatizar servicios. Pero seguimos automatizando servicios mientras crece el desempleo y, como consecuencia, automatizamos más servicios para reducir gastos por falta de clientes que se alejan; mientras, crece el empleo voluntario y el servicio personal de Cáritas: un bucle infernal. Otro infierno es que en 1980 éramos 4.400 millones y llegamos al año 2000 siendo 6.060 millones con una razón de crecimiento en veinte años (RC/20) de 36,5%. Veinte años después somos 7.500 millones con una RC/20 de 23,8%. Y, a pesar de decrecer la razón, en el 2040 seremos 8.580 millones con una RC/20 de 14,4%. El mundo necesitará alimentos y Asturias una estrategia para crear una industria alimentaria con productos de la mar. Lo de grandes piscifactorías en El Musel está bien, pero alguien debería investigar para disponer de acuicultura extensiva reconstruyendo ecosistemas marinos en nuestro litoral. Ya que, con drones y robots marinos controlados por inteligencia artificial, la pesca sería como recolectar pescado en la granja criadero de un ecosistema costero.
Para ello serían oportunos centros de investigación ligados a la Universidad y al Instituto Oceanográfico en los terrenos liberados del Naval Gijón. También se necesitaría mucha automatización y robotización tanto en la industria alimentaria como en la nueva industria de robots y drones marinos que se fabricarían aquí. Toda esa tecnología debería tener sus propios centros de I+D+i donde Naval Gijón. Esto requeriría de mucha energía y disponer de materiales resistentes a la mar (aluminio y aceros especiales). Obtenerlos y disponer de ellos requeriría aún mucha más energía. Poder disponer de toda esa energía renovable nos llevará inequívocamente a aerogeneradores offshore y a plataformas flotantes con: placas solares, aerogeneradores, y otros sistemas... Todo ello con el fin de producir hidrógeno en las propias plataformas flotantes convertidas en factorías de hidrógeno. Esta es la razón por la que deberían existir centros de I+D+i en El Natahoyo, donde ya existen astilleros, calderería pesada, centros formativos, el Instituto Oceanográfico, y el Acuario.
Por tanto, no caigamos en la tentación de crear un Atlantic City en el Natahoyo, y dispongámonos a poner allí los centros de investigación capaces de establecer una verdadera estrategia de industria y futuro independiente para nosotros.
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