¿Qué pasa con Valdediós?
El decreto de disolución de la Comunidad del Císter de Valdediós está a punto de firmarse. En la actualidad, esta comunidad se encuentra formada por el P. Jorge (prior), el P. Máximo, el hermano Laurence y el oblato Javier. La presencia del Císter en Valdediós se remonta a siglos y, en esta última etapa, se ha llevado a efecto desde hace dieciséis años, de forma ininterrumpida, donde los monjes llevaron una vida conventual rigurosa al margen de atender a huéspedes y a las personas que se dejaban ver por el Monasterio. Vaya por delante mi agradecimiento y mi reconocimiento por esta Comunidad.
Quiero manifestar un absoluto rechazo e indignación ante las decisiones de la Santa Sede y del Arzobispado de Asturias respecto al rumbo que ha tomado el inquietante futuro de Valdediós. En concreto, opongo mis opiniones a las del responsable de las Santa Sede en Asturias para el asunto Valdediós y que no es otro que el obispo Carlos Osoro. ¿Qué pasará con Valdediós? Es una incógnita. Debería el Arzobispado (Carlos Osoro) hablar claro desde el principio, sin medias verdades, sin dilaciones. En resumen, sin falsear la Verdad con mayúsculas. Por todo ello, y a pesar del peligro de dejar cosas en el tintero, expongo las siguientes cuestiones:
¿Qué asuntos llevaron al Arzobispado a plantearse desde hace años, desde hace mucho tiempo atrás, la disolución de la Comunidad del Císter de Valdediós y desde qué posición; es decir. Carlos Osoro como responsaste de la Santa Sede, como correa de transmisión de órdenes superiores de la jerarquía eclesiástica (entre otros, Abad General del Císter) o como obispo de la diócesis de Asturias?
Si un problema para la continuidad de la Comunidad del Císter en Valdediós era la falta de vocaciones: ¿No existen en el mundo, en España, en Asturias... comunidades tan pequeñas o menos que la de Valdediós y, sin embargo, permanecen abiertas? ¿Quién dirimió las vocaciones que debían entrar. La Comunidad... El Arzobispado? ¿Acaso, en las reuniónes del Arzobispado con los abades de las diferentes comunidades de la Trapa no se obtuvieron resultados positivos ya fuera porque se pidió un número excesivo de monjes para venir, no interesaba un florecimiento de Valdediós o ambas cosas?
Pero el tema central, el tema que me preocupa, es el actual. ¿Desde cuándo el obispo Carlos Osoro albergó la idea de sustituir la Comunidad del Císter de Valdediós por la Congregación de San Juan de Francia? ¿Llegó Carlos Osoro a un compromiso serio y formalizado (con papeles oficiales) acogiéndose al derecho diocesano con la Congregación de S. Juan o, sin embargo, se trató de un compromiso verbal e informal entre ambas partes? Según esto último, las cosas cambian. ¿El compromiso de Carlos Osoro con la Congregación de S. Juan supone automáticamente el desalojo del Císter o la cuestión es que disfrazan las cosas? En el caso de que el compromiso de Carlos Osoro con la Congregación de S. Juan sea con su persona y no con la Diócesis Asturiana: ¿Esto no supone que la Congregación de S. Juan debería acompañar al obispo a su nueva diócesis es decir, Valencia?
Como se ve, varias jugadas posibles han quedado manifiestas. Lo más triste es que nosotros los asturianos nos quedaremos espiritualmente desnudos. Con el Monasterio de Valdediós recién rehabilitado por la Comunidad del Císter y en peligro que se halle nuevamente, vacío; deshabitado; condenado al deterioro o infrautilizado con un futuro derrumbamiento material y espiritual. ¿A dónde acudiremos el cerca del millar de personas que frecuentábamos la Comunidad del Císter de Valdediós? Una fe sin Comunidad es una fe que se muere cuando no hay más referencias.
Rogaría al Arzobispado asturiano y a su máximo responsaste (obispo Carlos Osoro) que contestase claramente todas estas cuestiones y se involucrase en la resolución de problemas reales. A pesar de todo, si no es así, el tiempo y la Historia lo harán.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo