Honra y honor por el vertedero
Resulta descorazonador para la gente corriente levantarse por la mañana y constatar cómo personas y entidades de prestigio rinden pleitesía al poder por un plato de lentejas.
Conocemos la intención irreversible de nuestro Gobierno de dulcificar, desde un trasfondo humanitario, la ejecución de una decisión exclusivamente política como es el indulto de los políticos presos que, con todas las garantías procesales habidas y por haber, fueron juzgados y condenados, por delitos de sedición, malversación y desobediencia.
Los socialistas, históricos "animalistas", han pasado de azuzar al dóberman del PP, que allá por los años noventa representaba la ira y la cizaña, a librar del bozal al pitbull nacionalista que representa, 25 años después, la independencia, la prepotencia, la sinrazón y el desafío, y como evidencia una vez más el presidente de la Generalitat, Aragonès García, cuando hace unos días proclama en el Pleno del Parlament: "Culminaré la independencia de Cataluña".
El Gobierno no escucha y hace oídos sordos también a la opinión de los españoles, que en un "80%, incluido el 72% de los votantes del PSOE, está en contra de los indultos y considera que conceder la medida de gracia a los presos del procés supondría un aliciente para que el independentismo repita su desafío".
Quizás algunos hemos perdido de vista la estrella que nos guía y parece que en muchos haya calado la excusa del Presidente para justificar el inminente indulto, reversible o parcial, de los condenados del procés.
Estamos confusos ante señales que nos envían los sindicatos Comisiones y UGT, ungidos por el Gobierno con el aumento del 56% en la partida de subvención, que dicen sí a los indultos.
Estamos sorprendidos por el travestismo político de mandamases autonómicos que, recelosos del "qué hay de lo mío", reniegan de sí mismos para decir sí a los indultos.
Estamos atónitos ante los intereses X de la Iglesia (ya sabe, ponga la x) que hacen que diga sí al el indulto.
Estamos "muertos" ante el posicionamiento del representante de las 4.000 empresas que tuvieron que emigrar de Cataluña, loco, como los catalanes, por pillar cacho de los fondos de recuperación, y desconocido héroe de la patria, condecorado hace 48 horas con la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, máxima condecoración castrense, el señor Garamendi, quien ha declarado: "Si los indultos llevan a normalizar las cosas, bienvenidos sean".
Concluyo con estas "emotivas" y aclarativas declaraciones, por orden cronológico, del Presidente:
- "Hay que acabar con los indultos". "No tiene ningún sentido que un político indulte a otro, ninguno, absolutamente ninguno, y yo siento vergüenza de eso".
- "Lo ocurrido el 7 de septiembre en el Parlamento de Cataluña se puede entender como un delito de rebelión". "Lógicamente, es un delito de rebelión". "Clarísimamente ha habido un delito de rebelión, de sedición en España".
- "Este Gobierno no aceptará nunca un referéndum de autodeterminación. Esta es la propuesta del Gobierno de España para Cataluña: convivencia, diálogo y ley. Constitución".
- "El acatamiento de la sentencia significa su cumplimiento, reitero, su íntegro cumplimiento".
- "La Constitución permite el castigo y la concordia y hay un tiempo para el castigo y la concordia". "La venganza y la revancha no son valores constitucionales".
De aquí al indulto, reversible o parcial, de los condenados del procés, un paso.
En esa tesitura de inminente confrontación, no olvide la antirrábica. Un pitbull con antecedentes y sin bozal andará suelto antes del otoño.
Saludos cordiales.
Rufo Costales
Oviedo
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