El Tabularium de J. Manzanares no puede seguir oculto
Recordando mi artículo publicado por LA NUEVA ESPAÑA el 1 de febrero pasado sobre el Tabularium Artis Asturienses, propiedad de la familia de Joaquín Manzanares, fallecido hace 17 años, y que fuera cronista oficial de Asturias durante veinte años, no puede por más tiempo seguir permaneciendo oculto, en definitiva, en el olvido.
Dado el afecto que le profeso a la familia través de la figura de su patriarca, en los últimos meses me estuve ocupando de que las autoridades competentes visitaran este museo. No oculto que disfruto siendo útil a los demás, pero añado que rechazo de plano que se me utilice. Hecho este inciso, añadir que este museo nació para preservar el patrimonio arqueológico asturiano frente a los expolios que venía sufriendo. Y, en efecto, nuestras gestiones han surtido efecto. El que primero ha visitado dicho Tabularium, situado en Prao Picón, ha sido Alfredo Canteli, alcalde de Oviedo, que a su salida del mismo declaró la intención de buscarle un espacio para poder abrir al público esta colección arqueológica. Como consideramos que Alfredo Canteli es una persona que cumple su palabra, esperamos expectantes noticias sobre el particular.
La segunda visita a este Archivo de Arte Asturiano la llevó a cabo Pablo León, director general de Cultura y Patrimonio, el cual, al final de la visita, no ocultó la impresión que le había causado el conjunto de las obras que componen esta valiosa colección arqueológica. Consideró que hay que actualizar este asunto para tratar de darle una salida digna.
También hemos invitado a girar una visita al Tabularium al rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, que prometió corresponder próximamente, pues al haber tomado posesión de su cargo hace pocos meses no encuentra el momento apropiado para la visita, pero lo hará, lo tengo por escrito.
En cualquier caso, no se puede seguir por más tiempo privando de contemplar a los asturianos este valioso museo arqueológico que lleva tantos años en el más absurdo de los olvidos y en la más bochornosa negligencia en la gestión de la Administración. Creemos de justicia que los asturianos nos merecemos más respeto por aquellas obras del calado que sean, en este caso arqueológico, para cuidarlas y exhibirlas al público. Dicho esto, nosotros creemos que la solución para “desfacer esta especie de entuerto” es que la Administración autonómica, a través de la Consejería de Cultura, en su apartado destinado al Patrimonio del Principado, así como el Ayuntamiento de Oviedo, en la figura de su alcalde, Alfredo Canteli, se reúnan en una primera toma de contacto para tratar de dar solución, de tal manera que los asturianos podamos conocer en un lugar adecuado este archivo arqueológico.
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