Calificativos y sus antónimos, hay para elegir
Tenemos de presidente del Gobierno de la nación a un señor que quienes no le hemos votado nos vemos en la obligación de soportar; como suele decirse, "por imperativo legal". Dicho esto, y siempre con el debido respeto, no puedo sino expresar mi contrariedad ante cuanto este señor dice y hace, que, a mi entender, en nada se parece lo uno a lo otro, y sí a la incongruencia absoluta.
En Asturias, quienes alternamos el castellano con nuestro bable local a personas así las denominamos babayos, grandones y cuentacuentos. En castellano suelen denominarse fanfarrones, altaneros, bravucones, engolados, faroleros, jactanciosos y hasta perdonavidas. Por el contrario, sus antónimos serían: comedido, discreto, humilde, moderado, mesurado, modesto, etcétera. En todo este abanico de calificativos y sus antónimos hay para todos los gustos donde poder elegir, que cada cual elija según su gusto, yo no voy a decir con cuál me quedo.
Todo lo anterior viene a cuento de que este señor tan pronto nos dice una cosa y su contraria, y además, según mi humilde opinión, tiene la habilidad de pretender hacérnosla creer, como la única válida y verdadera, según el momento y su conveniencia. Ahora mismo, además de pretender hacernos comulgar con ruedas de molino en el tema de indultar a los montaraces separatistas catalanes, lo último es pretender vendernos en plan Superman el "mascarillas fuera", a partir del próximo sábado 26 de junio, con la garantía para nuestra tranquilidad de que la decisión se tomará en un Pleno extraordinario del Consejo de Ministros -o al menos, yo así lo entendí-. Perdónenme, pero desconocía que los ministros de nuestro actual Gobierno estén en conocimientos sanitarios y de pandemia por encima de los expertos en el tema -neumólogos y autoridades sanitarias en general-. Qué le vamos a hacer, unos llegan a ocupar carteras ministeriales a capricho de quien los coloca en un lugar preferente de la lista electoral y otros se pasan la vida dejando sus pestañas estudiando e investigando y se quedan en la sombra relegados al capricho y voluntad del Cesar de turno. Si estos fallos hay que achacarlos a la condición humana, uno queda con la duda de si no habría sido mejor nacer ciervo, lobo, jabalí, etcétera.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

