!¡¡Vivan el fútbol y la madre que lo parió!!
Perdón por la expresión, pero no lo he podido evitar después de ver los dos partidazos de octavos de la Eurocopa que nos han brindado las selecciones de España, Croacia, Francia y Suiza. Dos encuentros de fútbol que se recordarán durante mucho tiempo, un maravilloso espectáculo deportivo, un regalo impagable, por la intensidad, la calidad, la emoción y los goles de dos partidos que han llegado con un suspense total hasta el final de la prórroga.
Tendrán que pasar muchos años para que volvamos a pasar más de tres horas pegados al televisor sin pestañear, disfrutando de un juego ofensivo, jugada tras jugada, y de goles, de muchos goles. Un fútbol total que nos recordaba al de los viejos tiempos y que teníamos olvidado.
España pudo superar a Croacia, un magnífico equipo, a base de pundonor, de coraje y de aciertos, y Suiza hizo lo propio con Francia, actual campeona del mundo, que cayó fulminada en el último segundo de la prórroga por un penalti que el portero helvético detuvo a Mbappé, el jugador más cotizado del momento.
El destino decidirá el equipo que se haga con el triunfo, pero, sea cual sea el resultado final, de lo que hay ninguna duda es de que el pasado lunes será una fecha para enmarcar en la historia de este deporte. Una fecha, el 28 de junio, que bien podría ser establecida como el Día Mundial del Fútbol, si la UEFA y la FIFA lo consideraran.
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